Sorolla desarrolló un sistema de pintura que, si bien no era nuevo del todo, sí lo era en cuanto a la forma en que él lo utilizaba y en relación a los temas y motivos que retrataba con el mismo. En él utilizó veladuras de pintura yuxtapuestas, con colores y densidades pensadas para que las capas superiores de pintura interactuaran con las capas previas; esto conseguía que se produjeran efectos de luz o sombra exaltada, según la imagen que estuviera pintando con las mismas. Este sistema, que en gran medida está basado en el sistema de grisalla y veladuras que los pintores venecianos o los pintores barrocos utilizaban varios siglos antes, fue el que le permitió a Sorolla lograr el dramatismo lumínico que conocemos de sus cuadros. Pese a que esta técnica era reminiscente del claroscuro de los pintores barrocos antes mencionados, tuvo que ser completamente repensada por Joaquín Sorolla, ya que al pintar escenas completamente distintas -a pleno rayo del sol-, no podía ser trabajado ni de la misma forma, ni con la misma paleta que empleaban los pintores barrocos.

Joaquín Sorolla, Recogiendo la vela, 1908.
En un ambiente determinado, cada personaje u objeto tiene una luz específica en relación a la atmósfera de este ambiente en cuestión, sin embargo, en una pintura un objeto puede representarse bajo cualquier iluminación dispuesta por quien lo pinta. Esto quiere decir que el pintor puede trabajar, a partir de su mente y su dominio del color y la técnica, una exaltación luminosa inexistente, si así lo desea, o exaltar más de la cuenta la realidad: éste es el caso de Joaquín Sorolla. En toda pintura intervienen mínimo dos factores: el color (la luz) y la forma. Joaquín Sorolla se dedicó a observar los valores de luz, los valores de sombra y los valores de las luces reflejadas, y cómo el exaltar o disminuir los contrastes, tanto tonales (blanco, negro y tonos de gris) como de croma (color), alteraban la sensación lumínica de las imágenes representadas. A partir de su estudio y posterior dominio de estas variaciones, en conjunto con el conocimiento de las capas de pintura, obtuvo la libertad de la cual sus lienzos son testigos y la capacidad de conmovernos a los espectadores de la forma en que sólo la luz lo logra.