Si bien muchos pintores utilizan toda su vida plomo responsablemente y sin tener ningún tipo de complicaciones, hay muchos otros que no. Pintores como el mexicano Saturnino Herrán, de quien se dice que trabajaba el blanco de plomo directo con las manos, o artistas como Gordon Mata Clark, quien en sus intervenciones arquitectónicas respiraba mucho del polvo de la pintura con blanco de plomo de las casas que cortaba, han muerto trágicamente a corta edad y con un futuro prometedor en el arte.

La ofrenda. (1913). Saturnino Herrán. Óleo sobre lienzo. Tamaño 27,8 cm x 24,6 cm. Museo Nacional de Arte, Ciudad de México, México

Conical Intersect (Intersección cónica), detalle. (1975). Gordon Matta Clark
Blancos preparados con otros aceites.
Hasta ahora sólo he hablado de óleo blanco de plomo fabricado con aceite de linaza. El aceite de linaza es el aceite ideal para la pintura al óleo, pues es el aceite que con el paso del tiempo conserva la mayor flexibilidad y, por lo tanto, permite la mayor durabilidad a la obra que haya sido producida con él. No obstante, el aceite de linaza tiene una pequeña desventaja. Especialmente cuando es utilizado para fabricar colores blancos. Esta desventaja es su conocida tendencia a amarillear con el tiempo, sobre todo cuando se encuentra en zonas de sombras.
Para contrarrestar esto, los pintores tanto del presente como del pasado han utilizado distintos aceites para fabricar colores blancos diversos. Estos han sido útiles cuando necesitamos en nuestras obras blancos que queden completamente blancos, sin amarillear con el paso del tiempo.

Muestras de distintas marcas de óleo blanco.
El blanco y el aceite de nueces
Quizá el segundo aceite más famoso para preparar la pintura al óleo blanca sea el aceite de nueces. El cual ha sido utilizado desde hace siglos para hacer los blancos más blancos. Si bien hoy en día existen distintos óleos fabricados con diversos aceites. Por ejemplo: aceite de nueces y de semilla de girasol. Es importante saber que estos aceites no sustituyen a los colores al óleo fabricados con aceite de linaza, sino que son materiales para usos específicos.
Los pintores del pasado solían utilizar aceite de nueces únicamente en los blancos más altos, debido a que pese a no amarillear, el aceite de nueces tampoco seca fácilmente. De hecho tarda muchísimo tiempo en secar, mucho más que el aceite de linaza. Por esta razón los pintores debían utilizarlo sólo sobre impastos previos de blanco de plomo, o en aceite de nueces tratado con plomo para volverlo secante. De esta manera, tanto las características de secado excesivo del plomo, como las de difícil secado del aceite de nueces, se contrarrestaban unas con otras.
Los blancos y los aceites usados en la actualidad
Hoy en día existen en el mercado muchos óleos blancos que no son de plomo, fabricados con aceites que no amarillean, como el ya común aceite de girasol. Encontramos en tiendas de arte comúnmente blanco de titanio, y también blanco de zinc, con aceite de girasol e incluso mezclas. Aunque algunas marcas venden estos óleos como sustitutos símiles de los óleos blancos de aceite de linaza, la realidad es que deberían ser usados de la misma forma en que estos otros blancos fueron usados por los pintores del pasado. Esto se debe a que el aceite que conserva a largo plazo la mayor flexibilidad y la mejor preservación de la obra, es el aceite de linaza. La vida de los blancos con otros aceites no es tan larga y en realidad su función nunca ha sido sustituir al óleo de linaza, sino hacer cosas que éste no puede hacer.