Desde hace tiempo pienso que existe una gran semejanza entre artistas y coleccionistas, puesto que considero que tenemos mentalidades similares. Así como un buen coleccionista está dispuesto a invertir grandes cantidades de dinero para de esa forma obtener obras que le satisfagan profundamente, un buen artista está dispuesto a invertir una gran cantidad de tiempo y esfuerzo para crear obras que le produzcan exactamente la misma satisfacción.
Hoy en día, cuando escuchamos hablar de coleccionismo y del mercado del arte contemporáneo, generalmente se enfatiza la cuestión económica. Nunca antes en la historia del arte se han roto los récords de venta de la forma en que en las ultimas décadas se rompen sin miramientos.
Artistas como Andrea Fraser, en su texto Le 1 c'est moi, han hecho hincapié en cómo, gracias al crecimiento del mercado del arte contemporáneo, muchos artistas se han enfocado exclusivamente en lo que podría considerarse la creación de bienes de lujo. Se dice que hoy en día hay mas artistas que nunca, en proporción a los otros oficios.
Sin duda, el mercado del arte contemporáneo ha crecido por el interés que el arte despierta como inversión. En efecto, el arte se ha convertido en un producto activo que puede incluirse en una cartera. Sin embargo, no todo alrededor de ser artista tiene que ver con éxito económico, ni tampoco todo al respecto del coleccionismo tiene que ver con ver el arte como inversión.

Daniel Richter, Tarifa, óleo sobre tela, 350 x 280 cm, 2001. Colección Ken y Helen Rowe, Londres.
Los grandes coleccionistas
"Una buena compra siempre es algo con lo que se quiere vivir. No debería ser una cuestión de comprar y vender." Marianne Boesky, Galerista NY, representante de Takashi Murakami.
Es interesante lo que encontramos al analizar distintas colecciones importantes y lo que impulsó su compilación. Por raro que parezca, muchas de las colecciones más valiosas en términos económicos no fueron creadas con el principal objetivo de valer fortunas. Fueron, de hecho, compiladas por personas con gran pasión por el arte. Lo curioso es que, en cambio, muchas colecciones hechas sólo por razones económicas tienden en poco tiempo a devaluarse.
Esto es particularmente interesante en relación al acto de la creación artística. Hoy en día el mito del genio incomprendido es rechazado por muchos, en especial por lo tendenciosa que puede ser dicha postura. Sin embargo, si analizamos la historia del arte, encontraremos muchos grandes artistas que rompieron con los lineamientos del mercado y de su época.
Independientemente de esta oxidada idea de genialidad que muchas veces se asocia con la creación, si ponemos atención, veremos que muchos grandes artistas que han transformado la historia del arte lo hicieron sin considerar el beneficio económico como su principal objetivo.
No obstante, para ser un gran artista -al igual que un gran coleccionista- hace falta mucho más que sólo pasión. Es cierto que la pasión es el motor que alimenta todo en torno a la realización de una obra, mas si ésta no se vincula con conocimiento estamos casi predestinados a realizar malas "inversiones", y no me refiero a inversiones meramente económicas.

Gerhard Richter, Abstract Painting (726), óleo sobre tela, dos partes: cada una de 250 x 175 cm, 1990.