Pintura con énfasis en el proceso
El término arte procesual hace referencia a obras de arte cuyo proceso de creación forma parte importante de la pieza en sí, en oposición a cuando solamente se valora el producto final de dicho proceso. De igual manera, se refiere a obras de arte en las que el proceso de creación es obviamente visible en el producto terminado.
Si bien el término arte procesual no es exclusivo de la pintura, dicho genero artístico nació de la misma y por lo mismo hasta la fecha es de suma importancia para el arte pictórico.
Enfocarnos en el aspecto procesual de la pintura nos permite descubrir aspectos de la misma con los que de otra forma no nos toparíamos. Nos deja salirnos de los resultados predecibles y, al dejarnos maravillar por ella, encontrarnos con aspectos valiosos de las posibilidades de la pintura que no necesariamente habríamos encontrado si tuviéramos un resultado determinado en mente.
El nacimiento del arte procesual
Se dice que el arte procesual tiene sus raíces en el período expresionista abstracto, particularmente en la obra de Jackson Pollock y de Morris Louis. Puesto que la obra de ambos pintores pertenece a géneros distintos de expresionsimo abstracto, el término "arte procesual" aplicado a ambos deja ver distintos aspectos dentro de la misma temática.
Por un lado, tenemos el lado de Jackson Pollock quien es considerado la epítome del action painting (pintura de acción), forma de pintura de la cual surgiría la inspiración para el posterior arte de performance. Por otra parte tenemos el arte de Louis, quien es considerado parte del género color field painting (pintura de campos de color). En dicho género, la acción no era tan importante como el resultado y la experiencia que el mismo producía en el espectador. Mas como posteriormente veremos, el proceso era particularmente importante para los resultados de Louis y a su vez se mantenía completamente visible aún cuando la obra estuviera terminada.
Los drippings de Pollock
En las pinturas construidas a partir de drippings de Jackson Pollock, podemos ver claramente el proceso de construcción de sus obras. En las "entrecapas" de pintura chorreada puede leerse el proceso mediante el que los distintos colores fueron aplicados uno sobre otro. De esta forma es posible leer, no sólo la imagen visual resultante, sino el proceso mismo de construcción y la actividad del artista sobre el lienzo.
El action painting en general, y particularmente los drippings de Pollock, inspirarían al crítico de arte Harold Rosemberg a describir los lienzos de pintura más que únicamente como planos sobre los cuales representar objetos, sino más bien como ruedos en los que puede y debe uno actuar. "En cierto momento el lienzo comenzó a parecer a un artista americano tras otro una arena en la cual actuar - en lugar de un espacio en el cual reproducir, rediseñar, analizar o expresar un objeto -existente o imaginario-. Lo que ocurría, por tanto, en el lienzo, no era una imagen sino un evento."
Pintura y performance
A partir de aquellos pintores que comenzaron a ver "el lienzo como un ruedo en el cual actuar", varios artistas posteriores comenzaron a cuestionase otras formas de aplicar esta forma nueva de pensar. Se cuestionaron si, puesto que lo significativo del action painting era la acción de la creación de la pintura y no del todo la pintura en sí, más que usar la obra como registro o consecuencia de la acción, ¿no podría prescindirse de la pintura y hacer de la acción misma la obra de arte?
De reflexiones que iban por la línea de lo antes enunciado surgieron distintos artistas de la década de los sesenta que comenzaron a experimentar con acciones en las que la pintura aparecía cada vez menos. En un principio, los materiales de pintura continuaban formando parte importante de la misma, pero poco a poco el performance y las acciones tomaron rutas diferentes, dando vida a gran cantidad de manifestaciones artísticas diferentes.
No todo es performance
Sin embargo, no todo en cuanto a la pintura procesual tiene que ver con volver a la pintura el registro de una acción. Y no todos los artistas interesados en la acción y el proceso decidieron abandonar la pintura para realizar exclusivamente performance.
Si bien en la pintura procesual es importante que el proceso de construcción de la obra sea visible, no siempre el gesto es el elemento fundamental de la misma. A veces el proceso es simplemente un elemento sin el cual cierto resultado no puede ser obtenido. Esto puede ser apreciado en la obra de Morris Louis, pintor que experimentaba con formas de pintura abstracta que permitieron que las ideas del crítico Clement Greenberg encontraran un gran eco.
La obra de Morris Louis
Louis dejaba que la pintura fuera pintura sobre el lienzo y con esto me refiero a que el pintor permitía una gran libertad de movimiento a la pintura que utilizaba sobre sus telas.
Louis realizaba drippings sobre sus lienzos, pero de carácter muy distinto a los de Pollock. Dejaba chorrear pintura acrílica translúcida sobre sus telas con distintas densidades y niveles de pigmentación. A veces dichos chorreados ocupaban una gran superficie del lienzo y en otras ocasiones eran de poca anchura.
Solía también realizar dichos chorreados a manera de capas sucesivas de pintura muy translúcida, con la que lograba efectos de veladuras en los que se combinaban los colores de formas muy interesantes. Por otra parte, utilizaba un tipo de pinturas acrílicas conocidas como Magna, que estaban hechas a base de polímeros acrílicos y aceites minerales. Dichas pinturas tenían la cualidad de producir películas de pintura similares a las producidas por otros esmaltes de aceite, pero con la cualidad de poder utilizarse de forma sumamente translúcida, generando no obstante glaseados densos e uniformes.
El proceso en la obra de Morris Louis
En la obra de este artista el proceso tenía una función diferente de la que algunos action painters le dieron al mismo. En el caso de Louis, lo importante no era sólo el registro de una acción, sino el medio para lograr un resultado específico.
Lo interesante de la obra de este artista es que tal resultado específico no necesariamente era completamente predecible, puesto que Louis no podía saber con certeza de qué manera chorrearía la pintura sobre sus lienzos, ni tampoco cómo se mezclarían entre sí los colores que utilizara, una vez sobre el lienzo. Esto explica que los resultados de dichas pinturas hagan tanto énfasis en la apariencia final que se buscaba con la técnica específica desarrollada por Louis, haciendo de igual manera énfasis en el proceso mismo de la construcción de la obra, manteniendo este proceso una importancia equiparable al resultado.
El valor de la pintura procesual en el tardo modernismo
La pintura figurativa tardó varios siglos en desarrollar un lenguaje mediante el cual representar la realidad de forma convincente. Tras la ruptura que produjeron las vanguardias en el arte, los pintores modernos poco a poco comenzaron a desarrollar nuevos métodos para crear arte, y no exclusivamente en la pintura, sino también en muchos otros géneros artísticos.
Cualquier cosa que ayudara a los artistas a explorar nuevas posibilidades para el arte, con la idea de "hacerlo progresar" y alejarse de repetir los mismos sistemas del pasado fue bienvenido. El anti-arte del Dada y la pintura automática de los surrealistas eran formas en que los artistas intentaban separar sus mentes y sus producciones de replicar los mismos sistemas preestablecidos.
Claro que en cierto sentido podemos decir que dichos sistemas eran de emancipación de la academia, más que de reconstrucción y progreso, como la vanguardia pretendía. Siguiendo este camino hubo cierto momento en el cual llegaron sistemas que en efecto implicaban una nueva forma de pensar las artes. El arte procesual es, precisamente, uno de dichos sistemas.
La pintura procesual
Para la pintura procesual ya no era tan importante separarse de la academia como lo fue para movimientos vanguardistas previos. En cierta forma, estos artistas no eran los primeros en separarse de la academia y de los viejos procesos, por lo que podían dedicar su energía a realmente explorar el nuevo territorio en lugar de a sólo romper con lo establecido. Sin embargo, explorar este nuevo territorio desconocido implicaba aventurarse a cometer errores y a no poder predecir los resultados. La pintura procesual buscaba explorar nuevos medios y nuevas formas de crear pintura, nuevos aspectos de la pintura que no habían sido explorados anteriormente y que pudieran ser significativos para el presente.
A mi parecer, a partir de esta forma de pintura fue que diferentes artistas comenzaron a darse cuenta de las posibilidades de la pintura más allá de su capacidad de representar ideales preestablecidos. Recordemos que las vaguardias previamente se habían enfocado en la creación constante de manifiestos que sirvieran de punto de partida para crear pinturas. En cierto sentido, esta forma de trabajar les hacia seguir apegados a la representación y las reglas académicas. Aunque ya no eran las reglas académicas tradicionales, seguía siendo una forma de pensar en la que estabas limitado de antemano a actuar de una forma específica.
La pintura con énfasis en el proceso, en donde no hay necesariamente un fin preestablecido, permitió y continúa permitiendo explorar la pintura con plena libertad de acción, dando a cada artista la oportunidad de descubrir dentro de ella todo uno mundo.