En esta publicación acerca de la vida y obras de Escher, podremos conocer más a fondo quién fue en realidad Maurits Cornelis Escher (mejor conocido como M. C. Escher) y comprender mejor tanto su obra -que sigue resultando fascinante para muchos por su nivel de detalle, intrincados patrones, realidades imposibles y teselados matemáticos- como su personalidad.
Escher fue un artista que alcanzó la fama sin demasiadas ganas, por lo cual nunca se dejó cegar por esta, y prefirió concentrarse en su obra hasta sus últimos días. Como muchos otros grandes artistas, su trabajo se vio influenciada por todo tipo de sucesos y experiencias a lo largo de su carrera, algunos de los cuales fueron esenciales en su evolución y para sus aportes, que no sólo podemos encontrar presentes en el campo de las artes sino en otros tales como el de las matemáticas.
Te invitamos a conocer su biografía y su trabajo. Es un personaje tan interesante como su arte.
Escher desde el principio
Maurits Cornelis Escher nació el 17 de junio de 1898 en Leeuwarden, Friesland, Holanda. (La casa donde nació es hoy día parte del Princessehof Ceramic Museum.)

Fue el hijo más joven de un ingeniero civil, George Arnold Escher y de su segunda esposa, Sara Gleichman. La familia se mudó en 1903 a Arnhem, donde “Mauk” (como lo llamaban sus familiares y amigos) estudió la escuela primaria y secundaria hasta 1918. Se trataba de un niño frágil y enfermizo que ingresó a una escuela especial desde los 7 años de edad.
De hecho, aunque sus habilidades para dibujar eran excelentes, sus calificaciones en general dejaban bastante que desear. También tomó clases de carpintería y lecciones de piano hasta los 13 años.
En 1918, ingresó al Colegio Técnico de Delft y de 1919 a 1922 asistió a la Escuela de Arquitectura y Artes Decorativas de Haarlem, donde también aprendió dibujo y a grabar en madera para crear xilografías.
Se dice que a regañadientas estudió arquitectura, pero que al poco tiempo lo dejó (parecía que incluso una persistente infección de la piel se negaba a dejarlo en paz en tal carrera) y se cambió a artes decorativas, estudiando así bajo la tutela del artista gráfico Samuel Jessurun de Mesquita.
Las Obras de Escher
Las obras de Escher las podemos distinguir en diferentes periodos. Durante su vida, realizó unas 448 litografías, xilografías y grabados en madera. También llegó a realizar más de 2000 dibujos y bocetos.
M.C. Escher - El padre de Escher, 1916. Corte de linóleo sobre papel en púrpura.De todas estas obras, a su vez, varias llegaron a ser reproducidas cientos de veces (o hasta miles, si hablamos de aquellas que permitió hacerse muy famosas). Además de sus trabajos como artista gráfico, ilustró libros, diseñó tapetes y notas de banco, estampas, murales, paneles con la técnica de intarsia/taracea, etc.
1922 Fue un año muy importante para su proceso creativo. Un año viajero, en el que tuvo la oportunidad de conocer Italia, donde visitó Florencia, San Gimignano, Volterra, Siena, y Ravello. También viajó a España, y ahí conoció Madrid, Toledo y Granada. Ambos países dejaron una huella palpable en él.
M.C. Escher - Seated female nude, woodcut. 1920-1921.En 1923 Regresa a Italia para vivir ahí, en Roma, lugar donde conoce a Jetta Umiker, una chica de Suiza que al igual que él se sentía muy atraída por Italia y con quien habría de casarse en 1924. Tuvieron 3 hijos: Giorgio, Arthur y Jan.
Desde 1926 y hasta 1935, Escher viajó aún más por Italia. Viterbo, Abruzzi, Corsica, Calabria, la costa Amalfi, Gargano y Sicilia. Es por esto que las ciudades y los paisajes de la campiña italiana tuvieron un lugar importante en su obra. De hecho, a esta fase de las obras de Escher se le conoció como “El periodo italiano”.
Castrovalva, 1930
M.C. Escher - Castrovalva, 1930.Esta imagen es parte del cuerpo de trabajo que Escher produjo en Italia de 1923 a 1935. En estas creaciones, Escher exploró representaciones de paisajes, ciudades y edificios que se encontró en sus extensivos viajes alrededor del país. Como mucho de sus trabajos italianos, este es una representación detallada y precisa que, no obstante su realismo, conserva un aire de fantasia.
Castrovalva también demuestra el interés de Escher por las relaciones espaciales y sus intentos por capturar la tridimensionalidad en papel.
El trabajo engloba un amplio campo de visión desde lo alto hasta lo bajo y desde lo cercano hasta lo lejano, esto le da a la obra múltiples puntos de enfoque, desde las plantas cuidadosamente logradas y los puros lados de los edificios, hasta las distantes montañas silueteadas al final del valle.
Revestimiento de las paredes en Alhambra que inspiró a EscherLa campiña Italiana lo dejó impresionado definitivamente y en Granada, la arquitectura “morisca” (término derivado de la palabra “moro”, que hace alusión a la arquitectura islámica), presente en todo su esplendor en el palacio-fortaleza del siglo XIV conocido como “Alhambra”, lo fascinó con sus intrincados diseños decorativos basados en simetrías geométricas, llenos de patrones repetitivos entrelazados, que igualmente se encontraban en coloridas losas o esculpidos directamente en las paredes y techos.
Esto literalmente disparó el interés de Escher en las matemáticas de la teselación y se convirtió en una fuerte influencia para él. Tan fuerte fue el impacto, que llegaría a formar parte de la identidad misma de las obras de Escher.