Las sutilezas del color: pintura y colorimetría en las artes
A la hora de hablar de las sutilezas del color en las artes pictóricas, quizás el término colorimetría no sea demasiado utilizado, aunque sí que es aplicable.
La colorimetría, en resumidas cuentas, es el estudio de las medidas cuantitativas y cualitativas del color. ¿Te suena? Efectivamente, en muchas publicaciones de nuestro blog hablamos del tema aunque no necesariamente hemos utilizado esta etiqueta para referirnos a las sutilezas del color cuando hemos hablado de los colores, los pigmentos de los que estos se obtienen y demás particularidades.
El caso es que con este estudio es posible medir y combinar de manera más precisa los colores para satisfacer nuestras necesidades creativas, pues como también hemos mencionado antes, el mundo del color es uno de innumerables posibilidades, sobre todo si empezamos a mezclar para obtener coloraciones cada vez más precisas.
Esto, por supuesto, también nos lleva a conocer cada vez mejor los pigmentos que hemos de utilizar en el proceso, lo cual a su vez nos lleva a darnos cuenta de toda una serie de detalles referentes a estos y a la forma de utilizarlos en nuestras obras.
Sutilezas del color: pequeñas diferencias, grandes implicaciones
Una cosa es bien cierta: los artistas se deleitan en lo sutil; se involucran directamente con los detalles y hacen de ellos elementos que pueden transformar manchas de diferentes colores de pintura en una obra maestra.
Por supuesto, en las artes pictóricas difícilmente se utilizan grandes cantidades de un mismo color para una misma superficie a menos que esto sea parte de lo que busca el artista, pero de hecho, la colorimetría es utilizada a nivel industrial también, por ejemplo para lograr ciertos tonos y matices en la pintura automotriz.
Los elementos más importantes para analizar en este rubro se parecen mucho a los del nuestro:
- Luminosidad
- Matiz
- Saturación
Aunque quizás sería más acertado decir que están incluidos, puesto que en la pintura artística, al hablar del color también nos interesan detalles cómo:
- tono
- valor
- croma
Estos están bastante bien definidos en el sistema de Munsell, del que ya hemos hablado con anterioridad en publicaciones como “La teoría del color de Munsell para pintar el color de la piel” y “El círculo cromático y la percepción humana del color”, que son hermanas de esta, aunque aquí más bien estaremos hablando de la labor que sigue al hecho de tener toda esta información.
Y es que sería bastante cómodo decir que con sistemas como el de Munsell o el CIE uno puede señalar fácilmente la localización de un color específico, cuyos rasgos únicos quedan dentro de un mapa que también permite medir y calcular los grados de diferencia entre este y otros colores que se pelean un lugar en esta clasificación tan bien armada, pero en realidad no es tan simple.
De serlo, probablemente se perderían muchas de esas mismas sutilezas del color que buscamos llevar a nuestra obra. ¿Por qué? pues porque puede que tengamos un espectrómetro muy preciso para decirnos la composición de la luz que es reflejada desde una muestra presente en dichos sistemas, pero nada de esa información le dice a los artistas lo que realmente quieren saber acerca de usar ese color: Cómo se mezcla con otros colores, su grado de opacidad, si fuerza de tinte o cualquier número de atributos físicos.
Las curvas de la reflectancia espectral pueden acercarse bastante a la hora de ayudarnos a capturar el matiz de un color, especialmente si el espectro está disponible tanto como tono en masa como para un tinte de un porcentaje conocido, pues con estos dos puntos uno puede tener una referencia para medir mas o menos cómo se va a desempeñar una pintura en particular al mezclarla, pero de todas maneras, puede haber dificultades.
Por ejemplo, El amarillo cadmio y el amarillo hansa medio pueden compartir un espectro de color casi idéntico cuando son aplicados al máximo de su fuerza, pero nadie los confudiría como el mismo en la práctica.
Los atributos de los pigmentos, ¿Causa de las sutilezas?
En la mayoría de los casos, prácticamente todas las sutilezas del color pueden ser rastreadas hasta los atributos de los pigmentos y la forma en que la luz interactúa con sus partículas dentro de una capa de pintura a través de la absorción, dispersión, transmisión y el reflejo. Los pigmentos, a su vez, están caracterizados por su composición química, junto con otros factores como el tamaño de sus partículas, índice de refracción y su coeficiente de dispersión, en tanto que las películas de pintura tienen impacto en el color a través de su carga, grosor y su brillo.
También como una lectura muy recomendada asociada a este tema te recomiendo checar nuestra publicación “Pigmentos orgánicos y minerales, las 2 grandes categorías”, donde podrás entender un poco más acerca de esas cualidades particulares de los pigmentos para tenerlas en cuenta a la hora de pintar. Hablaremos un poco de temas similares aquí aunque, nuevamente, los grupos de pigmentos orgánicos y minerales son un tema específico.
La estructura Cristalina de los pigmentos
Esto es algo de lo que no se habla mucho normalmente. ¿Sabías que todos los pigmentos (con raras y muy contadas excepciones) contienen estructuras cristalinas que determinan su color? y déjame decirte que incluso pequeños cambios a este nivel pueden alterar qué amplitudes de onda son absorbidas o reflejadas.
Por ejemplo, la ftalocianina azul, tiene dos tipos de formaciones de cristales (alfa y beta) que son responsables de su ligera inclinación hacia el rojo o hacia la sombra verde (green shade), mientras que los cambios a la red cristalina de la quinacridona es responsable de su amplio rango, que va desde las quinacridonas rojas hasta sus profundos magentas y violeta.
Un ejemplo más es la colección completa de los cadmios, donde el sulfito de cadmio (cadmium sulfide) que es amarillo en su estado más puro, se hace cada vez más rojo y profundo al reemplazar el sulfuro en la red cristalina con cantidades crecientes de selenio. Esta sustitución amplía la cantidad del espectro que puede ser absorbido y, si se agrega suficiente selenio, el cadmio puede de hecho aparecer negro.
La química de los pigmentos puede ser algo por demás interesante y que como artistas hemos de acabar conociendo -al menos hasta un cierto nivel que nos permita trabajar agusto, por lo cual trabajar con esta y otras sutilezas del color so vuelve algo realmente gratificante y es casi una garantía que nuestro conocimiento e interés continuarán aumentando a medida que continuamos experimentando y enriqueciendo nuestro proceso creativo.
Transparencia, opacidad y fuerza del tinte
Estas son sutilezas del color muy importantes a tener en cuenta. La opacidad de una partícula depende en buena medida de su habilidad para dispersar la luz, lo cual está primariamente asociado al índice de refracción de una partícula y de su tamaño. Entre más grande sea la diferencia entre el índice de refracción entre una partícula y el medio que la rodea, más luz será dispersada y más se oscurece la capa que está debajo.
Piensa en cómo la niebla dispersa las luces de un automóvil: es un fenómeno muy similar.
Conversamente, entre más cercanos sean estos números, más transparente parecerá una partícula. El alto índice de refracción del Amarillo Cadmio y el Blanco de Titanio, por ejemplo, es casí el único responsable de su tremendo poder de cubrir y su sentido de opacidad, mientras que el Blanco de Zinc y el Amarillo Hansa aparecen más transparentes porque sus índices de refracción son considerablemente más cercanas a las de un polímero acrílico.
Ya que los pigmentos oscuros con índices de refracción bajos como las ftalocianinas no dispersan mucha luz, su poder para cubrir reside casi completamente en su habilidad de absorber la luz, la carga del pigmento y el groso de la película.
Al hablar de las sutilezas del color, otro aspecto del tamaño de las partículas tiene consecuencias igual de dramáticas tanto en la dispersión como en la fuerza del tinte. La cosa es que mientras más pequeñas sean las partículas de un pigmento más efectiva será la dispersión. Esto, hasta alcanzar un tamaño óptimo, después del cual el aspecto puede decaer notablemente.
Si uno continúa más allá de este umbral, la partícula del pigmento se hace cada vez más transparente mientras que al mismo tiempo alcanza un máximo en fuerza de tinte.
Aquí es donde la magia de los óxidos de fierro transparentes reside, ya que el óxido de fierro que es normalmente opaco se produce en partículas tan pequeñas que se vuelven maravillosamente translúcidas y mucho más efectivas al trabajar con glaseados y en la producción de tintes de croma más alto y limpio.
Por otro lado, el Blanco de Titanio es cuidadosamente elaborado para optimizar el tamaño de sus partículas para maximizar la dispersión de la luz; de ahí su opacidad. De hecho, un cristal de Dióxido de Titanio de un centímetro de diámetro es completamente transparente, y es solo cuando el cristal se hace más pequeño que la dispersión se vuelve dominante y es cuando sentimos el pigmento como inherentemente “blanco”, el cual es un efecto similar a la blancura del vidrio finamente molido.
Si el Dióxido de titanio se moliera aún más, hasta la escala de una nanopartícula, se volvería completamente transparente (es un buen ejemplo de lo que ya explicamos antes), lo cual resulta para muchos una cualidad casi mágica teniendo en cuenta la vehemencia con la que se asocia la opacidad al Blanco de Titanio.
Pureza y uniformidad
Las diferencias en la pureza química de un pigmento en particular, así como la uniformidad en la distribución de su forma y tamaño, son los factores responsables de aún más pormenores de la coloración. Por ejemplo, las tierras naturales deben sus notas particulares y sus matices a diferentes cantidades de oligoelementos, como el óxido de manganeso, sílice, aluminio y arcillas, así como gran variedad de tamaños de partículas.
Si bien esto explica mucho de sus preciados matices, y explica también porqué regiones particulares en el mundo se vuelven codiciadas por ser minas de ocres, sienas y sombras (umbers), también es la razón por la cual estos colores poseen tintes generalmente más débiles y que son menores en croma que el rango paralelos de óxidos sintéticos.
También, debido a que han sido minados, estos pigmentos tienen una variedad de color de lote a lote bastante amplia, dependiendo del nivel de impurezas que haya en la siguiente “pala llena”. El azul ultramar presenta otro ejemplo; uno de los primeros pigmentos sintéticos, es mucho más rico y saturado que el lapis lázuli que vino a reemplazar, el cual como una piedra resultado de la minería siempre traía impurezas de calcita, sodalita y pirita que cambiaban su tono.
Sutilezas del color: las propiedades físicas de la pintura
Es realmente bueno encontrarse con información como esta, ya que uno se puede confundir fácilmente por la estrecha relación entre las pinturas con los pigmentos que las componen, pero hay que tenerlo presente: una cosa son las propiedades de los pigmentos y otra diferente son las propiedades de la pintura como tal. Así pues, las propiedades de la pintura son las siguientes.
Grosor de la película
La mayoría de artistas acostumbrados a trabajar con una buena variedad de colores saben que no necesariamente se mantienen iguales si se aplican gruesos o delgados. De entre las sutilezas del color referentes a la pintura tal cual, esta es una de las más inmediatas a percibir.
En películas gruesas de pigmentos densamente empacados, el tono en masa es dominante y el color aparecerá más saturado y profundo. A medida que la película se vuelve más delgada, el tono subyacente se vuelve más pronunciado y el color en general aparece más transparente, ligero en valor y algunas veces más alto en croma también, asumiendo que el sustrato subyacente sea muy claro en tono.
Estos efectos son, a final de cuentas, debidos a tener una cantidad de luz reflejada aumentada por los pigmentos y por el sustrato subyacente a manera de una retrodispersión.
Carga de Pigmento
Aparte del grosor de la película, el sólo alterar la carga de pigmento o la densidad en una capa de pintura puede cambiar marcadamente la percepción del color.
Por ejemplo, en una capa densamente empacada de pigmentos translúcidos, mucho de la dispersión interior y de la transmisión de luz puede ser perdida a través de la absorción repetida y subsecuente, con lo que al final uno simplemente ve la luz reflejada que proviene de la superficie.
Esta reducción en la luz se traduce en una profundización en el matiz y en un reforzamiento de la banda de absorción dominante. Entre más disminuye la carga de pigmento y la luz empieza a penetrar a través de la película, la interacción entre la dispersión y la absorción tiene un impacto mayor en el color general.
Para entender esto mejor, uno se puede imaginar un efecto similar al colocar hojas de vitral idénticas una encima de la otra, una y otra y otra más: a medida que la pila se engrosa, el color se volverá cada vez más profundo y más saturado.
Brillo y Superficie
Entre las sutilezas del color correspondientes a las propiedades de la pintura también tenemos el brillo y la superficie.
Ya sea que una superficie sea brillante o mate, suave o texturizada, al final acabará impactando también la expresión del color. Mientras la pintura se vuelva más brillante y suave, habrá menos dispersión de la luz en la superficie y más penetración y absorción de la luz por los pigmentos en sí mismos.
Esto ocasionará que los colores más oscuros se vean más profundos y más saturados cuando tienen un brillo notable y, conversamente, parezcan más iluminados cuando quedan matte.
Las sutilezas de color en conclusión
Creo que habrás podido notar ya lo útil que todos estos datos resultan, especialmente si ya estas en un punto de tu desarrollo como artista que pide crecientes niveles de minuciosidad. Estos detalles pueden marcar la diferencia a la hora de lograr exactamente lo que quieres en tus trabajos.
De hecho, aún si eres un principiante que se deleita en recabar este tipo de información, las buenas noticas van más allá de convertirse en un conocedor; puedes aplicar lo aprendido a tu trabajo prácticamente de inmediato y las diferencias que verás al crear pinturas mientras tienes en cuenta las sutilezas del color serán inmediatas.
La inclusión consciente de las propiedades que los pigmentos poseen gracias a su estructura química y la forma en la que los artistas pictóricos las utilizan es parte del arte en sí mismo; El artista se vuelve una suerte de alquimista que transmuta lo inmaterial, lo que proviene de su mente, en fenómenos perceptibles a través de poner atención en lo que ha observado y experimentado.
Fenomenos e interacciones plasmados como ilusiones de profundidad, de color, de luminosidad u oscuridad (entre otras) que llegan a producir impresiones a veces tan memorables como para transformar y durar toda una vida… o varias.
Esperamos que realmente puedas incluir todas estas sutilezas del color en tus obras, aunque sea de manera progresiva y que si tienes alguna duda sobre sutilezas del color, técnicas, pigmentos u otros materiales, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.
(un agradecimiento a Sarah Sands por la información tan puntual y bien expuesta en justpaint.org)