Las Latas de Sopas Campbells de Andy Warhol son de las pinturas en acrílico más famosas que existenEn ttamayo nos parece importante el saber conservar las pinturas hechas con acrílico adecuadamente. De antemano, sabemos que hay una gran afecto por la creación artística con pintura acrílica debido a las facilidades que presenta y con las cuales ha llegado a artistas de todos los trasfondos volviéndose así un favorito incluso a nivel profesional, por lo tanto, el asunto de su conservación se torna cada vez más importante de abordar.
Muchos todavía piensan que es un medio infalible. “Es plástico después de todo ¿qué puede salir mal?”, piensan. No se imaginan que pese al adelanto tecnológico que significa, la pintura acrílica al igual que cualquier otro medio con el que trabajemos tiene sus pros y sus contras.
Y también como con cualquier medio o técnica, tener estos pros y contras no significan que no debamos de trabajar con el acrílico. De hecho, cuando la comunidad artística puede ver de primera mano el impacto de un medio como lo fue el óleo o lo es el acrílico, hace lo posible por mantenerlo vivo y disponible.
Es así que conservar las pinturas hechas con acrílico es parte de este interés natural por mantener este medio presente en tu estudio y en las importantes colecciones y exposiciones alrededor del mundo, pues definitivamente el acrílico llegó para quedarse, eso es algo que ya nadie duda pero también es impermanente.
El tema de la permanencia y la impermanencia es una constante en la vida de los humanos y desafortunadamente no tenemos el tiempo necesario para hablar de ello haciéndole justicia aquí. Pero es algo muy vigente, sobre todo en estos tiempos. El arte no puede evitar ser tocado por este hecho ineludible, así que lo mejor que se puede hacer es hacer el esfuerzo por conservar aquello que hay de valioso en la creación artística para la posteridad. Veamos pues, cómo lograrlo con el acrílico.
La pintura acrílica
foto de la técnica de Pouring con acrílico, de Jennylynn FieldsLas pinturas de emulsión acrílica vieron la luz en la segunda mitad de los 1950’s. Su oferta era extraordinariamente prometedora como un medio nuevo y revolucionario para los artistas debido a su gran claridad, estabilidad ante la luz ultravioleta, su increíble flexibilidad, rápido tiempo de secado y por supuesto, su dispersión en agua.
Claro que el acrílico todavía permanece como uno de los sistemas de resinas más durables que los artistas pueden encontrar, pero ahora que ha logrado un lugar dentro del canon de las colecciones de nivel mundial, y después de pasado un necesario tiempo de prueba, las problemáticas de su conservación deben de ser abordadas.
La verdad es que al contar con tan poco tiempo en sus haberes (ten en cuenta que puede parecer mucho, pero haber nacido alrededor de 1950 en términos de materiales y medios artísticos es un tiempo muy reducido, sobre todo en cuanto al reconocimiento de las propiedades que dichos medios y/o materiales poseen) las pinturas acrílicas pasaron mucho tiempo sin ser estudiadas adecuadamente.
De hecho, fue hasta mediados de los 1970’s que se empezaron a escribir artículos sobre su conservación, examinando las pinturas acrílicas a mayor profundidad.
Foto de estudio hecho el laboratorio de la marca GOLDEN, Golden Lab. Aquí podemos ver una aplicación de pintura acrílica que se enrolló y cuarteóHubo un estudio llamado “The Cleaning of Colorfield Paintings” o “La limpieza de pinturas de campo” publicado en 1974 por Margaret Watherston, que justamente se puso a observar las pinturas de campo que fueron creadas al “inundar” áreas de los lienzos de algodón y lino con mezclas extremadamente diluidas de pintura acrílica y agua o solvente. Este estudio fue uno de esos primeros intentos por comprender mejor cómo conservar las pinturas hechas con acrílico.
En algunas partes, niveles muy pequeños de aglutinante estaban presentes para sostener el pigmento en su lugar, dejando las superficies susceptibles a la abrasión. Grandes áreas de estas pinturas de gran formato fueron dejadas sin imprimatura, con grandes expansiones de lienzo puro, haciéndolas también susceptibles a amarillentarse y al agrietamiento.
En las técnicas modernas en las que se trabaja con acrílico, se conocen términos como cracking o crazing, referentes a las cuarteaduras, agrietamientos o incluso levantamientos que las pinturas en acrílico pueden presentar (imagen deserthippiearts.com)Esta construcción tan delicada hizo a las pinturas muy sensibles a los cambios en apariencia con la edad, susceptibles a atraer suciedad y polvo y a ser difíciles de limpiar con seguridad.
Es razonable, por lo tanto, esperar que estas pinturas producidas con cantidades importantes de agua o solvente serían “de menor calidad”, ya que diluir el aglutinante con agua hace una capa más discontinua y frágil, incluso si la mancha de color aún se adhiere al sustrato.
Habiendo sido hecho en pos de la ciencia, todo esto concluyó que no se tenía realmente idea de cómo conservar las pinturas hechas con acrílico adecuadamente. La información que había acerca de técnicas de conservación del acrílico era mínima y los artistas por lo general asumían que el acrílico era… bueno, indestructible.
Los conservadores estaban indudablemente lidiando con los pormenores de conservar pinturas acrílicas desde antes, pero ya que era tan nuevo el medio, muy pocos de ellos podrían haber dado un paso al frente y publicar resultado alguno con toda seguridad.
Los problemas del acrílico
La disolución en agua de las pinturas acrílicas puede jugar un papel importante en su conservación. A la izquierda tenemos el verde claro básico de la marca Liquitex, en el centro, la misma diluida con agua y a la derecha una muestra del color obtenido con el glaseado acrílico de la marca Golden. foto de Lisa Marder.Los problemas de las pinturas acrílicas y de cómo conservar las pinturas hechas con acrílico rodean dos temas principales: Por un lado, tenemos la sensibilidad de los acrílicos hacia el agua y otros solventes orgánicos y por otro, su naturaleza termoplástica.