La historia del papel: A siglos de creatividad
¿Te suena aburrido hablar acerca de la historia del papel?, ¿Qué tanto crees saber acerca de este? La verdad es que hoy día damos por hecho su existencia y, de entre lo poco que sabemos, se encuentra el lamentable hecho del mal uso de los recursos naturales para su producción en tiempos modernos.
El papel se volvió tan común para las civilizaciones humanas que apenas en el siglo XXI estamos poniendo en duda si en realidad es necesario utilizarlo tanto como antes, debido a que los medios electrónicos están en pleno apogeo.
Y es cierto que se desperdicia más de lo que se debiera, aunque también es cierto que el papel sigue teniendo sus ventajas ante los gadgets de moda en ciertas aplicaciones (basta quedarse sin electricidad y batería y veremos que tan útil le resulta a uno tener todo en digital), incluso para algunas cuantas actividades aún pareciera realmente necesario.
De entre estas aplicaciones donde su existencia es casi fundamental, su uso en las artes pictóricas nos cuenta una larga historia, una historia de una exitosa y fructífera amistad en la que grandes artistas de todos los tiempos han sacado provecho a este maravilloso soporte una y otra vez (incluso de formas poco convencionales, muy propias del arte), por lo que creemos que los pormenores de esta legendaria superficie de trabajo merecen ser contados.
Así, en esta publicación le rendimos un tributo y te damos a conocer la historia del papel, su hechura, los diferentes tipos que existen y más.
¿Qué es exactamente el papel?
Creo que primero hay que dejar bien claro sobre qué vamos a hablar. El papel es, básicamente, una red de fibras de planta convertidas en una hoja plana. De hecho, está hecho de la suspensión en agua del tejido de plantas mejor conocido como pulpa.
En su mayoría, esta pulpa proviene de la madera, pero el papel reciclado y otras plantas como el cáñamo, el algodón, la hierba de esparto, el bagazo de la caña de azúcar y bambú pueden ser utilizados.
Otra forma más simple de decirlo sería decir que se trata del depósito acuoso de cualquier fibra vegetal en forma de hoja.
Para tener una mejor idea de lo que estoy diciendo: si rompes un pedazo de papel verás una cantidad considerable de diminutos pelillos saliendo de la línea donde el corte fue hecho ¿cierto? bueno, pues estas son las fibras, que son muy pequeñas en tamaño (no tienen más de un milímetro de largo) y hay millones de ellas en cada pedazo de papel.
Parece algo muy simple, pero para llegar a algo más similar a lo que conocemos hoy, tuvieron que pasar cientos de años (y eso, empezando a contar desde la versión de la que derivan tanto el proceso como nuestras hojas de papel modernas). Pero para saber bien sobre esto veamos a continuación la historia del papel.
La historia del papel
Vaya que la historia del papel es bastante antigua, pero también hubo un periodo previo a este y los artistas también lo conocen muy bien. Si has checado publicaciones nuestras como “los tipos de goma de borrar para dibujo”, llegamos a mencionar otras superficies que se utilizaban previo a la existencia del papel y me gustaría empezar por hablarte sobre estos.
Antes del papel
Antes de que se inventara el papel, la gente escribió sobre tabletas de arcilla, de cera, papiro, pergamino y vitela.
Por ejemplo, en la antigua Mesopotamia, en Egipto e Irán, la escritura cuneiforme era colocada en tabletas de arcilla húmeda y un lápiz hecho de junco.
El pergamino, por su lado, está hecho de la piel sin curtir de ovejas, terneros o cabras (también podía ser la piel de otros animales, pero estos eran los más comunes) y es un medio que se ha utilizado por más de dos milenios. De hecho, convivió con el papiro, proveniente de Egipto, que fue la primera forma de papel que se conoció (se utilizó desde el 3700 B.C.E.).
A saber, en la antigua Roma en rollos de papiro se copiaban los libros que fabricaban los talleres romanos, documentos de archivo y cartas, mientras que el pergamino se reservaba para obras como pequeñas composiciones literarias.
El famoso “Libro de los muertos” egipcio (compilado ancestralmente comenzando desde el Viejo Reinado Egipcio hacia el Reinado Medio) fue escrito en papiro. Egipto, en concreto, es particularmente famoso por sus jeroglíficos de creación bellamente artística plasmados sobre papiro, que también se utilizó en otras áreas alrededor del Mediterraneo. Era producido con la médula de la planta cyperus papyrus.
Y luego tenemos la vitela, que es en sí un pergamino de calidad más fina, cuya superficie es particularmente pulida, con buena delgadez y durabilidad. Esta era hecha de la piel de animales muy jóvenes. En específico, para su fabricación se utilizaba la piel de becerros nacidos muertos o recién nacidos. No suena demasiado agradable, pero muchos libros, manuscritos y pinturas de la Edad Media fueron hechos en vitela.
No obstante, a su llegada por la “Ruta de la seda” el papel acabó por ser utilizado para la mayoría de las impresiones de libros, ya que era más barato y fácil de manejar a través de la imprenta.
La historia del papel: todo empezó en China.
El papel como lo conocemos fue inventado en China, aunque el país también tuvo un periodo anterior a su creación durante el cual se escribía ya fuese sobre piezas de bambú o sobre seda.
La cosa es que la seda era (y todavía es) muy cara y el bambú era pesado, así que se siguieron buscando opciones.
Oficialmente, el papel fue inventado en el 105 C.E. por un oficial de la corte llamado Ts’ai Lun o Cai Lun (蔡伦). Aunque se han encontrado algunos vestigios que datan de más atrás en el tiempo que indican que su creación podría concebirse llegando al siglo 2 B.C.E (o sea, doscientos años antes de Cristo), parece que no tuvo verdadero impacto hasta que el inventor Cai Lun refinó su proceso de producción, lo cual permitió toda una verdadera revolución en los productos de papel en toda China.
Lo que Lun hizo fue mezclar corteza de morera, tela de cáñamo, pasto de china y otros tipos de vegetación con agua, los trituró logrando una pulpa, les exprimió el líquido y colgó la hoja resultante a secarse al sol.
De hecho, aunque su técnica permite crear pequeñas hojas de papel con astillas de madera, trapos, algodón o redes de pesca (materiales ricos en fibras), no permitía la creación de hojas de gran tamaño. De hecho, el tamaño más grande era prácticamente de uso exclusivo de la realeza (que en aquel momento se trataba de la Dinastía Han) y la nobleza, y estaba destinado a pinturas y a la escritura en formato de rollos.
Era un proceso simple, donde todo era sumergido y ablandado en agua caliente (no lo suficientemente caliente como para desintegrar su estructura) y luego maquinas simples que podían utilizar la fuerza de animales o humanos tomarían las pequeñas hojas de fibras y presionarían la mezcla para sacarles el agua hasta que la sustancia del papel se volviera muy delgada y seca (de hecho, por eso el denominado papel china / papel de china es así de delgado).
Otros usos del papel en China
Los chinos utilizaron el papel como relleno y para envolver, y a partir de finales del siglo VI, lo utilizaron como papel higiénico. Prueba de esto es unn escrito del erudito Yan Zhitui que data del 589 C.E. en el que menciona “[...] Papel en el que hay citas o comentarios a los Cinco Clásicos o los nombre de sabios, no me atrevería a utilizarlos con propósitos higiénicos”.
También, durante la Dinastía Tang (618-907, Si te suena familiar es porque la mencionamos en algunas de nuestras publicaciones como “El arte oriental y la pintura: explora 5 regiones de Asia”) el papel fue utilizado para hacer bolsas de té, y durante la Dinastía Song (960-1279), el gobierno chino produjo el primer papel para dinero (o notas de banco) que se conoce.
La historia del Papel: Llegando al mundo
Después, el proceso de crear papel fue llevado a Corea, donde se tiene registrado que su producción empezó alrededor del siglo VI. Ahí, la pulpa que se creaba para su fabricación estaba compuesta de fibras de cáñamo, rattan, morera, bambú, paja de arroz y alga marina.
Lo siguiente en la historia del papel es que esta tecnología pasaría a Japón (aproximadamente en el 610 C.E.), donde fue excelentemente bien recibido por la nobleza y el país en su enteridad, llegando incluso a formar parte de un gran número de facetas en su cultura. Incluso llegó a ser utilizado como material de construcción para los hogares japoneses, que tenían paredes y puertas corredizas hechas de un papel fuerte.
También llegó a otras localizaciones alrededor de la Ruta de la Seda, entre ellas Tíbet alrededor del 650 C.E. y a India después del 645 C.E.
Aunque la historia del papel en Europa no comenzó hasta bastante después, Marco Polo dio una de las primeras descripciones sobre el proceso en su “Milione”. Mencionaba que los emperadores chinos guardaban celosamente el secreto sobre cómo hacerlo y que, como hemos mencionado, el fino papel era manufacturado con la fibra vegetal: paja de arroz o de té, cañas de bambú, cáñamo y trapos.
La historia del papel y medio oriente
Con esta hechura, seguramente fue con la que la historia del papel tocó puso pie en el Desierto de Gobi, el Desierto de Takla Makan y el Valle de Tarim, finalmente llegando a Samarkand.
Aunque no todo fue a través del comercio propiamente; los chinos fueron vencidos por los turcos Otomanos en la Batalla del Talas, que de hecho se señala como un acontecimiento decisivo en la historia del papel y donde algunos hacedores de papel fueron capturados y llevados a Samarkand.
Ya en medio oriente, los árabes aprendieron a hacer papel de sus prisioneros, y en el 793 C.E., la primera industria de fabricación de papel apareció en Baghdad. Ahí, los locales también intentaron mantener el proceso como un secreto, así que los europeos no aprendieron cómo hacer papel hasta algunos siglos después.
Durante el siglo VIII en Samarkand, los musulmanes crearon molinos propulsados por agua, y empezaron a unir libros utilizando hilo de seda, los cuales cubrían con tablillas de pasta cubiertas con piel (sí, ahí comenzó eso). Para el siglo XII, existía una calle en Marrakech, Marruecos, nombrada “Kutubiyyin” o “La calle de los vendedores de libros” y no era un nombre acuñado solo para presumir, en realidad contenía más de 100 tiendas de libros diferentes.
La historia del papel en Europa (por fin)
Bueno, pues gracias a las cruzadas, la historia del papel por fin llega a Europa cuando los españoles aprendieron a hacer papel alrededor del 1150 C.E., haciendo suya la primera industria del papel en toda Europa. En España, el proceso fue refinado, creando molinos de papel que utilizaban ruedas hidráulicas. El documento en papel más antiguo conocido en Europa es el Misal Mozárabe de Silos, que data del siglo XI.
Francia tuvo su molino de papel para 1190 y, para 1276, Italia tenía dos. El primer molino en Inglaterra fue creado por John Tate alrededor de 1409, cerca de la ciudad de Hertford y en 1453, un señor de nombre Johannes Gutenberg inventó la prensa impresa.
… ¿Y la historia del papel en América?
¡Ah! Pues aquí realmente no hubo que esperar tanto porque, técnicamente hablando, la historia del papel en América empezó alrededor del siglo V.
Los mayas utilizaban ya un material muy similar al papel, el cual muchos artistas de México identificamos perfectamente, llamado amate. También hecho de corteza de árbol, el ejemplo más temprano de amate fue encontrado en Huitzilapa, cerca del municipio de Magdalena en Jalisco, México.
Claro que después del año 75 C.E., la forma de hacer papel europea llegó a las Américas. Primero a México en 1575 y luego a Filadelfia en 1690.
En los 1830s y los 1840, la historia del papel continúa con el alemán German Friedrich Gottlob Keller y el canadiense Charles Fenerty trataron de hacer pulpa de madera y en 1844, anunciaron que habían inventado una máquina que extraía las fibras de la madera y fabricaba papel con ellas.
Fenerty también blanqueó la pulpa, volviendo el papel blanco. Con esto, a finales del siglo XIX, casi todos los impresores del mundo occidental utilizaban madera en lugar de trapos para fabricar papel, aunque… puede que no resultase tan mala práctica como ayuda al medio ambiente en pleno siglo XXI, pero eso ya se verá.
Y lo que resta pensar es quizás si, más allá de algunas diferencias obvias, todo el papel es lo mismo, lo cual definitivamente definitivamente no es así.
Tipos de papel: diferentes variedades de papel
Hoy en día hay una enorme variedad de papeles, donde incluso podemos encontrar subcategorías, pero podemos hablar de siete categorías básicas, estas son:
Papeles de impresión: creados de muchas formas diferentes para permitir una impresión más sencilla (desde las condiciones del hogar, hasta empresas, diseñadores, papeles que necesitan sobrevivir en el exterior en un entorno natural, etc.)
Papeles de dibujo: papel creado específicamente para tener una superficie más rugosa, de modo que los artistas y diseñadores puedan controlar fácilmente la forma en que se les aplica la pintura.
Papeles para escribir: creados para usarse fácilmente en todo tipo de escritura, a veces con especial atención a la durabilidad del papel durante un almacenamiento más prolongado.
Papeles secantes: papeles muy delgados y livianos, a menudo creados con el propósito de absorber líquidos (agua, tinta, aceite) de la superficie de otros papeles para escribir. También se utiliza en cosmética para desmaquillar.
Papeles hechos a mano: hoy en día, se utilizan principalmente como papel decorativo.
Papeles de envolver: fabricados para proteger bienes y mercancías de influencias externas. Los más famosos son los papeles encerados y artesanales.
Papeles especiales: papel creado para un propósito específico, como papel higiénico, papel de fumar, papeles industriales y más.
Los artistas y su papel
Quizás ya hemos mencionado esto en las publicaciones propias de diferentes técnicas pero como artista, debes escoger el papel que vas a utilizar pensando en función de la técnica que vas a desarrollar.
Para fines prácticos, sí, puedes utilizar el que sea o el que tengas a la mano (muchos de nosotros hemos dibujado hasta en servilletas o nos ha dado por hacer como el artista Paul Westcombe y sus pinturas hechas en vasos desechables), pero es cierto que aún dentro de lo específico para el dibujo, hay ciertos tipos que te permitirán sacarle todo el provecho a la técnica y que incluso resaltarán sus cualidades.
Por ejemplo, las acuarelas necesitan papeles más gruesos, porosos y que absorban bien el agua, entre los cuales los hay más o menos rugosos. Por su lado, los lápices de colores se llevan bien con papeles más satinados o rugosos, aunque en cuanto se refiere a la tinta, un papel fino y satinado puede ser el que mejor definición de trazo ofrece porque la tinta se dispersa menos.
Toma eso en consideración y el gramaje, que es una de las formas más básicas de medir la masa del papel. Para que te des una idea, un papel de oficina ordinario tiene un gramaje de 80 g / m2, lo que hace que una hoja de papel A4 sea de 5 g., y en dibujo puedes encontrar papeles desde 90, 130 o 300 g (este último, muy utilizado en acuarela).
Si tienes alguna duda al respecto de todo esto, ¡déjanos un mensaje o ponte en contacto con nosotros en nuestras redes!