Luz García Ordóñez, la guía y el impulso de Ttamayo
Hablar de otros siempre es complejo, ya que lo hacemos desde nosotros mismos, por lo que la mejor forma de hablar de nuestra fundadora, es hacerlo desde la voz de todas las personas que ha instruido como profesora, muchos de los alumnos que ha tenido encontraron en ella una pasión por el arte y por la enseñanza, una combinación que no siempre se da de manera natural, existen múltiples memorias de excelentes artistas que no fueron buenos profesores.
Los artistas son en esencia, sensibles, por lo que no es de sorprender que un mal comentario o una mala instrucción pueda terminar con un interés que ya como elección es difícil, quizá por este motivo es que la Mtra. Luz ha dedicado tanta pasión a la enseñanza, con un interés muy especial en la educación artística para niños, un momento en el que difícilmente se puede ver al arte como un éxito o como el elemento de movimientos social con el que lo vemos los adultos.
En los niños existe libertad, imaginación y una necesidad por autodescubrirse que el arte necesita como motor.
La maestra Luz García, en sus inicios
Originaria de la Ciudad de México y nacida en 1954, la Mtra. Luz García Ordóñez demostró desde temprana edad un marcado interés por el arte. Durante parte de su niñez y adolescencia, residió en Yuriria, Guanajuato, donde su fascinación por la naturaleza, la luz, el color y la atmósfera se intensificó. Este período crucial sentó las bases de su vocación artística y educativa.
Recuerda la Mtra. Luz que durante este periodo pudo crecer y convivir con diferentes elementos que marcarían su destino de forma indeleble. Las anécdotas que le contó su abuela y otras personas del pueblo, sobre la reparación del ex convento de Yurira de la mano de albañiles con materiales como clara de huevo, leche y arena, le permitió descubrir la vida que existe en un oficio, la necesidad que tiene el aprendiz de conocer los secretos de su trabajo para poder realizarlos de manera adecuada.
Las recetas tradicionales de los antiguos constructores se encuentran muy alejadas de lo que nosotros podemos imaginar de manera moderna, no se trataba de mezclar una bolsa de material con agua, se parecía más a la elaboración del pan. Se agregaban leche, cal y arena, como si planearan despertar de ahí a un hombre de arcilla, había mucha magia y sabiduría en cada procedimiento.
La maestra Luz García como docente
En 1974, regresó a la Ciudad de México y estableció un taller de enseñanza para niños y jóvenes, la Escuela de Pintura “Vincent Van Gogh” hoy mejor conocida como Escuela Especialización Técnica para Artistas Ttamayo, donde continúa impartiendo cursos y talleres.
La observación de la representación simbólica en los dibujos infantiles despertó en ella un profundo interés por la educación. Esta experiencia la llevó a indagar sobre el uso del color y la técnica pictórica como medios para la representación, así como para transmitir sensaciones y emociones al espectador. Su investigación se centra en técnicas antiguas y su aplicación en el arte actual, la teoría del color y la percepción de la luz en la pintura, así como en la interacción de las capas de pintura.
La maestra Luz, las técnicas y los materiales de pintura
La búsqueda personal de la maestra Luz García Ordóñez por mejorar sus materiales artísticos mientras aprendía diversas técnicas inició un viaje que terminaría en la fundación de Ttamayo, un espacio dedicado a la creación y distribución de materiales de arte de alta calidad. Este camino estuvo marcado por varios elementos clave, entre ellos la influencia fundamental de Casa Serra y su fundador Francisco Serra, quien con su comentarios acerco a la maestra Luz García Ordóñez a algunos materiales antiguos.
La experiencia y el conocimiento adquiridos como cliente de Casa Serra fueron fundamentales para ella, ya que le permitieron comprender la importancia de contar con herramientas y materiales adecuados para expresar plenamente su creatividad artística. Esta conexión con el material se convirtió en una parte integral de la trayectoria de la maestra Luz, guiándola en su búsqueda incansable de la excelencia en el arte y los materiales que lo hacen posible.
Su encuentro con el maestro Nishizawa
La proximidad con Guadalupe Salcedo, ex directora del Museo del Palacio de Bellas, fue también crucial para la maestra Luz García Ordóñez, ya que a través de esta conexión pudo tener la oportunidad de conocer a Luis Nishizawa y comenzar a tomar clases con él. Este encuentro marcó el inicio de una relación fructífera entre la maestra Luz y el maestro Nishizawa, cuyo legado y conocimiento artístico contribuyeron significativamente al desarrollo y la formación de la maestra.
En 1989, ingresó al taller del Maestro Luis Nishizawa en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM, donde posteriormente se desempeñó como asistente en sus talleres foráneos durante 11 años. Durante este tiempo, colaboró en cursos sobre técnicas y materiales impartidos en diversas localidades de México y en el Centro Nacional de las Artes.
Otro personaje que no puede olvidarse al hablar de la vida de la Maestra Luz, es Marta Topete, quien fue también alumna del maestro Nishizawa. Fue gracias a la persuasión y el impulso de Marta que se tomó la decisión de emprender el nuevo proyecto de venta de materiales. El punto de inflexión se produjo durante un viaje a Nueva York, donde tuvieron la oportunidad de visitar la casa de venta de pigmentos y materiales para artistas, "Guerra Paint & Pigment Corp".
Esta visita que estuvo llena de coincidencias fortuitas, como que el dueño resultó ser un familiar de Marta, impulsaría la venta de materiales a nuevos niveles, ya que les facilitó la posibilidad de conseguir a los mejores proveedores del mercado.
La maestra Luz después del maestro Nishizawa
Años antes de concluir su trabajo como asistente en 2005, comenzó a impartir cursos intensivos, talleres y conferencias sobre arte en múltiples ámbitos. A lo largo de los años, ha enseñado a alumnos de Ciudad de México, Estados Unidos y en numerosos estados de la República Mexicana.
Actualmente, la Mtra. García Ordóñez ofrece cursos regulares en su taller.
Desde 1978, ha participado en exposiciones tanto individuales como colectivas, tanto en México como en el extranjero.
Como profesora continúa compartiendo los secretos de las técnicas y materiales en Ttamayo a partir de distintos cursos intensivos y clases regulares.
Al cerrar este recorrido por la esencia y el legado de Ttamayo, es imprescindible reconocer el papel crucial de nuestra fundadora, la maestra Luz García Ordóñez. Su visión, compromiso y contexto fueron fundamentales para dar forma a los valores y la esencia de esta institución, convirtiéndola en un faro de excelencia artística y educativa en México.
Su pasión ha llevado a Ttamayo a preservar y enseñar las técnicas pictóricas a múltiples generaciones de artistas en su camino hacia la libertad creativa. En el próximo texto, profundizaremos en la historia de la enseñanza de la pintura a lo largo de los siglos, explorando cómo esta noble tradición ha evolucionado y perdurado a través del tiempo, descubre la pasión por la pintura desde la enseñanza.