Pigmentos Antiguos: secretos de la pintura a través del tiempo
Los pigmentos antiguos son una fuente de conocimientos increíble, nos ayudan a descubrir más sobre nuestro oficio y su evolución a lo largo del tiempo, además de comprender la tradición y técnicas que hemos desarrollado a lo largo de miles de años.
La historia de la pintura nos sumerge en épocas antiguas llenas de innovación, creatividad y misterio. Los pigmentos, esos componentes fundamentales de la pintura que dan vida y color a nuestras obras de arte, han desempeñado un papel crucial en el desarrollo de la expresión visual a lo largo de los siglos. En este artículo, nos sumergiremos en el mundo de los pigmentos antiguos, explorando desde qué se considera antiguo en la pintura hasta los nuevos descubrimientos que están revelando los secretos de su uso en la antigüedad.
Antes de adentrarnos en el fascinante mundo de los pigmentos antiguos, es importante comprender qué se considera antiguo en la historia de la pintura. La pintura antigua abarca un período extenso que va desde la prehistoria hasta la caída del Imperio Romano en el año 476 d.C. Durante este tiempo, diversas civilizaciones, desde los egipcios hasta los griegos y romanos, dejaron su huella en las paredes de templos, tumbas y monumentos con impresionantes obras de arte.
Pigmentos antiguos en la prehistoria
En la prehistoria, los pigmentos antiguos que se utilizaron en el arte rupestre se obtenían principalmente de fuentes naturales como minerales y materiales orgánicos. Uno de los pigmentos más comunes era el ocre, que se extraía de depósitos de arcilla rica en óxidos de hierro. Dependiendo de la concentración de óxido de hierro, el ocre podía variar en tonalidades que iban desde el amarillo hasta el rojo intenso. La hematita, otro mineral rico en óxido de hierro, también se utilizaba para producir pigmentos de color rojo oscuro.
La preparación de estos pigmentos antiguos implicaba la trituración y molienda de los minerales hasta obtener un polvo fino. Este polvo se mezclaba con agua, sangre animal o lípidos animales para crear una pasta que luego se aplicaba a las superficies rocosas. Se han encontrado evidencias de que los artistas prehistóricos utilizaban herramientas rudimentarias, como piedras y palos, para aplicar los pigmentos antiguos a las paredes de las cuevas. Esta técnica de aplicación puede haber incluido el soplo de pigmento a través de tubos de hueso o cañas para crear contornos más definidos.
Además del ocre y la hematita, otros materiales como el carbón vegetal y la arcilla también se utilizaban como pigmentos en el arte rupestre prehistórico. El carbón vegetal se obtenía de la quema controlada de madera y se utilizaba para crear líneas oscuras y contrastantes en las pinturas. La arcilla, por su parte, proporcionaba pigmentos antiguos de color blanco y se utilizaba para resaltar ciertos detalles en las representaciones artísticas.
En cuanto a las técnicas de aplicación, los artistas prehistóricos utilizaban una variedad de métodos para crear sus obras de arte en las paredes de las cuevas. Además de la aplicación directa de los pigmentos antiguos con los dedos o herramientas rudimentarias, se han encontrado evidencias de que los artistas también utilizaron técnicas de soplado para crear efectos de difuminado y sombreado en sus pinturas. Estas técnicas, combinadas con la elección cuidadosa de los pigmentos y la composición de las escenas, demuestran un alto grado de habilidad artística y una comprensión sofisticada de los principios visuales incluso en la era prehistórica.
Pigmentos antiguos: Alrededor del mundo
En las antiguas civilizaciones de Egipto, Grecia y Roma, el uso de pigmentos antiguos en el arte alcanzó niveles de sofisticación y refinamiento extraordinarios. En Egipto, los artistas utilizaban una amplia gama de pigmentos obtenidos principalmente de fuentes minerales y vegetales. El azul egipcio, por ejemplo, se obtenía de un mineral llamado frit, mientras que el verde se elaboraba a partir de una mezcla de minerales como la malaquita y el azurita. En las tumbas y templos egipcios, estas vibrantes tonalidades de azul y verde se combinaban con el ocre rojo y amarillo para crear impresionantes murales que aún se pueden admirar en lugares como el Valle de los Reyes y los templos de Luxor y Karnak.
En la antigua Grecia, los pigmentos antiguos se obtenían de una variedad de fuentes naturales, incluyendo minerales, plantas y algunos compuestos orgánicos. Los tonos terrosos de ocre y tierra se utilizaban ampliamente en la decoración de cerámica y esculturas, mientras que el blanco se obtenía del yeso y se utilizaba para resaltar detalles arquitectónicos en edificios como el Partenón en Atenas. Además, los griegos también desarrollaron pigmentos a base de plomo, como el amarillo plomo y el rojo plomo, que se utilizaban en la pintura de vasijas y frescos.
En Roma, el arte y la arquitectura se caracterizaban por el uso extensivo de pigmentos antiguos en una amplia variedad de aplicaciones. Los pigmentos obtenidos de minerales como la hematita y la arcilla se utilizaban para decorar murales en villas y edificios públicos, mientras que el mosaico romano empleaba una amplia gama de tonalidades obtenidas de piedras naturales y vidrio coloreado. Además, los romanos fueron pioneros en el uso de pigmentos artificiales, como el cinabrio para obtener tonos de rojo intenso, que se pueden apreciar en mosaicos y frescos en sitios como Pompeya y Herculano.
Hoy en día, numerosos museos y sitios arqueológicos en todo el mundo albergan ejemplos extraordinarios del arte y la arquitectura de estas antiguas civilizaciones. Desde el Museo Egipcio de El Cairo hasta el Museo Arqueológico Nacional de Atenas y el Coliseo Romano en Italia, estos lugares ofrecen una ventana única a la rica historia y la creatividad artística de Egipto, Grecia y Roma.
Durante la antigüedad, se emplearon pigmentos únicos que, desde una perspectiva contemporánea, pueden considerarse peculiares. Por ejemplo, en la antigua China, se utilizaba el cinabrio, un pigmento antiguo obtenido del sulfuro de mercurio, que data de al menos el 500 a.C., para producir un tono rojo intenso. Este compuesto era altamente valorado no solo por su vivacidad cromática, sino también por sus asociaciones simbólicas con la fortuna y la inmortalidad en la cultura china.
De manera similar, en la India antigua, se empleaba el índigo, extraído de la planta Indigofera tinctoria, ya en el segundo milenio a.C., para producir tonalidades de azul profundo. Estos pigmentos, a pesar de su singularidad, desempeñaron un papel fundamental en el arte y la cultura de sus respectivas épocas, y sus aplicaciones aún se encuentran presentes en obras de arte y artefactos arqueológicos que datan de esos períodos.
Llas antiguas civilizaciones desarrollaron técnicas únicas para la obtención y aplicación de pigmentos antiguos en su arte. En la Polinesia, se empleaban pigmentos de origen vegetal y mineral, como la arcilla y los extractos de plantas, para crear una amplia gama de colores utilizados en tatuajes, textiles y obras de arte rupestre. Por ejemplo, el urucú, un pigmento rojo obtenido de las semillas de la planta Bixa orellana, se utilizaba en tatuajes ceremoniales y decoraciones corporales en algunas culturas polinesias.
En América, las antiguas civilizaciones como los mayas, aztecas e incas también desarrollaron una variedad de pigmentos a partir de fuentes naturales. La cochinilla, un insecto parasitario que se encuentra en los cactus de la región, se utilizaba para producir un pigmento rojo intenso en la Mesoamérica precolombina, mientras que la piedra de cinabrio se empleaba en la región andina para crear tonos de rojo y naranja en textiles y murales.
La historia del arte antiguo está repleta de obras maestras que muestran la habilidad y la creatividad de los artistas de la época. Entre las obras más reconocidas se encuentran los frescos de Pompeya, que capturan la vida cotidiana en la antigua ciudad romana antes de su trágica destrucción en el año 79 d.C. Otro ejemplo notable es el busto de Nefertiti, una obra maestra del arte egipcio que destaca por su belleza y elegancia.
A medida que avanzamos en el siglo XXI, los avances tecnológicos están proporcionando a los arqueólogos y científicos herramientas poderosas para investigar y comprender mejor el uso de pigmentos antiguos. Por ejemplo, el empleo de técnicas analíticas de vanguardia, como la espectroscopia Raman y la cromatografía de líquidos, está permitiendo revelar la composición química precisa de los pigmentos antiguos utilizados en diversas partes del mundo.
Estos métodos de análisis están desentrañando los secretos de pigmentos que datan de milenios atrás, desde los pigmentos orgánicos como el índigo y el carmín hasta los pigmentos minerales como el cinabrio y la hematita. Además de revelar la composición química, estas técnicas también están arrojando luz sobre las técnicas de preparación y aplicación empleadas por los artistas de la antigüedad, proporcionando una visión más detallada de los procesos creativos y las habilidades técnicas involucradas en la creación de obras de arte en el pasado.
Pinturas Rupestres
Las pinturas rupestres, testimonios vívidos del arte prehistórico, ofrecen una ventana única a las sociedades antiguas y a sus formas de expresión artística. Entre las más populares se encuentran las pinturas de las cuevas de Lascaux, en Francia, y Altamira, en España. En Lascaux, las pinturas datan de alrededor de 17,000 años atrás y muestran una variedad asombrosa de animales, figuras humanas y símbolos abstractos.
Los pigmentos antiguos utilizados en estas obras incluyen ocre, hematita y carbón vegetal, aplicados con técnicas que van desde el soplado hasta la aplicación directa con las manos o herramientas rudimentarias. Se sugiere que estas pinturas podrían haber tenido propósitos rituales o de narración, sirviendo como registros de eventos importantes o prácticas ceremoniales de la comunidad.
Por otro lado, en Altamira, las pinturas muestran principalmente bisontes y otros animales, destacando por su realismo y sofisticación técnica. Se han identificado pigmentos antiguos como ocre rojo y negro, y la técnica predominante parece ser la aplicación con los dedos o pinceles hechos de pelos de animales. La interpretación de estas pinturas varía, desde propósitos chamánicos hasta representaciones de la vida cotidiana o rituales de caza. En conjunto, estas pinturas rupestres no solo son obras de arte impresionantes, sino también ventanales al pasado que nos permiten especular sobre las creencias, prácticas y vida de nuestros antepasados prehistóricos.
El primer pigmento sintético
La prehistoria, la historia antigua, la química y la física convergen en el estudio del primer pigmento artificial de la historia, un color que ha sido el favorito de una gran parte de la población: el azul, específicamente un pigmento denominado "azul egipcio". El trabajo, titulado "Origin of the Exotic Blue Color of Copper-Containing Historical Pigments" y publicado en la revista Inorganic Chemistry en enero, es obra de los profesores Pablo García, Antonio Aramburu y Miguel Moreno, pertenecientes al grupo de Física Computacional de Materiales de la Universidad de Cantabria (Departamento de Ciencias de la Tierra y Física de la materia Condensada).
Como se sabe, en las pinturas rupestres de cuevas como Altamira (España) o Lascaux (Francia) predominan los ocres y los negros, pero no aparece el color azul debido a la ausencia, en esos entornos, de minerales de ese color estables al contacto con el aire. Según refleja la investigación, el primer pigmento azul sintetizado por el ser humano aparece en Egipto hacia el año 3600 antes de Cristo.
Este pigmento azul, muy estable, fue utilizado frecuentemente por la civilización egipcia así como por los griegos y el imperio romano, estando presente en Luxor, Amarna o Pompeya. Dicho pigmento se halla en la corona del hermoso busto de la reina Nefertiti, que puede contemplarse en el "Neues Museum" de Berlín.
En este trabajo, se intenta explicar, por qué este pigmento, de fórmula CaCuSi4O10 y denominado Azul Egipcio (Egyptian Blue), posee, el color azul intenso. Este hecho es, en principio, sorprendente ya que el color se debe a la presencia de complejos CuO46- que, sin embargo, no proporcionan en otros materiales dicha coloración", explica Miguel Moreno. El estudio demuestra que el color del "Egyptian Blue" se debe, en gran medida, a los campos eléctricos que generan el resto de iones sobre los complejos CuO46- y provocan, en este caso, fuertes desplazamientos (~30%) de las transiciones ópticas.
Habitualmente, la influencia de estos campos eléctricos internos no se tiene en cuenta a la hora de comprender el origen de las propiedades de compuestos aislantes que poseen iones como el cobre (Cu2+), el cromo (Cr3+) o el níquel (Ni2+). Debido, precisamente, a la importancia de estos campos internos, se demuestra también que la presencia de arena (SiO2) en el pigmento CaCuSi4O10 juega un papel clave para entender su color azul brillante.