Los pigmentos prehispánicos son una manifestación cultural rica y diversa, no solo refleja la cosmovisión de las civilizaciones que habitaron América antes de la llegada de los europeos, sino también una maestría técnica en la creación y aplicación de pigmentos que ha perdurado a lo largo del tiempo. Estos pigmentos, extraídos de la naturaleza, eran mucho más que simples herramientas para decorar; tenían significados rituales, religiosos y simbólicos profundos. Para los pintores profesionales actuales, comprender cómo se originaron y utilizaron estos pigmentos prehispánicos en el pasado no solo ofrece una perspectiva histórica valiosa, sino que también puede inspirar nuevas formas de creatividad y técnica en la pintura contemporánea.
Arte Maya Antiguo: Estatuilla masculina de cerámica con pintura azul aplicada después del horneado. Procede de la isla de Jaina, en Campeche.Contexto cultural y tecnológico: el color en las civilizaciones prehispánicas
En las civilizaciones prehispánicas, el uso de pigmentos prehispánicos estaba intrínsecamente ligado a la cosmovisión y la organización social de los pueblos. Los colores no solo embellecían las obras de arte, sino que también tenían un papel crucial en rituales religiosos, ceremonias y en la codificación de mensajes en los códices y otros artefactos. Cada pigmento poseía un significado simbólico; por ejemplo, el azul representaba el cielo y lo divino, mientras que el rojo a menudo simbolizaba la vida, la sangre y la guerra.
Estas civilizaciones desarrollaron una tecnología sofisticada para la obtención y preparación de pigmentos prehispánicos, utilizando una combinación de minerales, plantas, insectos y otros materiales orgánicos. La recolección y procesamiento de estos materiales requería un conocimiento profundo de la naturaleza, así como técnicas complejas que se transmitían de generación en generación. La creación de pigmentos prehispánicos era, por lo tanto, una actividad sagrada y altamente valorada, reservada para los artistas que servían a la élite y a los dioses.
El uso de pigmentos en las civilizaciones prehispánicas
Los mexicas: poder y divinidad en el color
La civilización mexica, que floreció en el valle de México, es bien conocida por su impresionante arte monumental y sus códices ricamente decorados. Los mexicas utilizaban una paleta de colores vibrantes obtenidos de materiales locales.
El rojo, obtenido de la cochinilla, un insecto parásito del nopal, también era muy valorado. Este color era utilizado en rituales de sacrificio y guerra, y su extracción y procesamiento eran considerados actos sagrados. La cochinilla se secaba y molía para extraer un tinte rojo intenso que se utilizaba en textiles y pintura mural, representando la sangre y el poder.
Los mexicas también usaban pigmentos prehispánicos amarillos obtenidos del ocre y otros minerales, así como el verde, extraído del malachite, que representaba la vida y la fertilidad. Estos colores adornaban los templos, palacios y vestimentas de los líderes mexicas, subrayando su autoridad y su vínculo con lo divino.
Izquierda: Tezcatlipoca portando el anáhuatl de concha. Códice Magliabechi, f. 33r. Derecha: Tezcatlipoca en su advocación de Tepeyólotl, el corazón de la montaña. Porta el anáhuatl. Códice Borbónico, Revista Arqueología MexicanaLos mayas: sabiduría y eternidad a través del color
En la región maya, que abarcaba partes de lo que hoy son México, Guatemala, Belice y Honduras, el color era un elemento clave en la representación de sus complejas creencias cosmológicas. Los mayas eran expertos en la creación de pigmentos prehispánicos duraderos, como el mencionado azul maya, que sigue siendo un misterio en cuanto a su longevidad y resistencia a los elementos.
Guerrero con fondo de azul mayaAdemás del azul, los mayas utilizaban una amplia gama de colores para decorar sus edificios, cerámicas y códices. El rojo, obtenido de la hematita, y el negro, extraído de carbón y otros minerales, se utilizaban para representar tanto lo terrenal como lo espiritual. Estos pigmentos prehispánicos se aplicaban con gran precisión en los murales de templos como los de Bonampak, donde los artistas mayas lograron capturar escenas de la vida cotidiana, ceremonias y rituales con una viveza que aún impresiona a los observadores modernos.
El verde, asociado con la vida, la vegetación y la realeza, era obtenido de la malaquita y el jade, materiales que también tenían un alto valor simbólico y económico. Los mayas aplicaban estos colores en sus estelas, edificios y en la decoración de las tumbas de la élite, reforzando la idea de la inmortalidad y la conexión con el mundo sobrenatural.
Los incas: el color del imperio
En los Andes, el Imperio Inca también desarrolló una rica tradición en el uso de pigmentos prehispánicos naturales, reflejando su estrecha relación con la tierra y los ciclos naturales. Los incas utilizaban pigmentos como el rojo, extraído de la cochinilla y el ocre, para decorar sus textiles, que eran una de las formas de arte más valoradas en su sociedad. Los colores en los textiles incas no solo tenían un valor estético, sino que también servían como indicadores de estatus social, pertenencia étnica y rol dentro del imperio.
El amarillo, obtenido del oropimente, y el verde, de la malaquita, se empleaban para adornar los templos y las vestimentas de los sacerdotes y gobernantes. Los incas consideraban que los colores tenían propiedades mágicas, y sus textiles eran tan importantes que incluso se utilizaban como ofrendas en ceremonias religiosas.
El uso de pigmentos prehispánicos en los muros de los templos y fortalezas incas, aunque menos conservado, también revela un conocimiento avanzado de los materiales y su aplicación. Los incas utilizaban estos pigmentos prehispánicos para embellecer sus edificios de piedra, que simbolizaban la solidez y el poder del imperio, en una fusión perfecta entre arquitectura y color.
Cerámica IncaLos mixtecos y el añil: simbolismo en códices y cerámica
En la región de Oaxaca, los mixtecos se destacaron por su habilidad en la creación de códices y cerámica decorada con una rica gama de pigmentos prehispánicos. El añil, un tinte azul obtenido de la planta Indigofera suffruticosa, era uno de los pigmentos prehispánicos más apreciados por los mixtecos. Este pigmento se utilizaba en la decoración de códices y cerámica, y estaba cargado de simbolismo. El azul representaba la unión entre el cielo y la tierra, y a menudo se utilizaba para ilustrar escenas divinas y mitológicas en los códices mixtecos.