Los pigmentos para transparencias han sido fundamentales para el desarrollo de la acuaarela, permitiendo a los pintores explorar la luz, y las complejidades del color. Este artículo es una continuación del análisis presentado en el texto “Los mejores pigmentos para acuarela”, y busca profundizar en las cuestiones técnicas de los pigmentos para acuarelas, su evolución histórica, química y su impacto en el arte contemporáneo.

Pigmentos para acuarelas
John Singer Sargent, 1900 Man with red drapery, Museo Metropolitano, Nueva York (Estados Unidos), Acuarela

De minerales a sintéticos: la evolución de los pigmentos para transparencias

La goma arábiga ha sido utilizada en la pintura desde hace miles de años. Su uso como aglutinante para pigmentos solubles en agua se remonta a las civilizaciones del antiguo Egipto, donde se utilizaba tanto en la creación de pinturas como en el embalsamamiento. Los egipcios empleaban goma arábiga extraída de especies de acacia para mezclarla con pigmentos minerales y crear colores duraderos, una práctica que se extendió con el tiempo a otras culturas, como la china y la europea. 

Pigmentos para transparencias
Ocas de Meidum, mastaba de la princesa Atet, época de Snofru, faraón anterior a Kéops, año 2.610 A.C

Durante siglos, esta goma, derivada de árboles de acacia principalmente en África, ha sido valorada por su capacidad para disolverse fácilmente en agua, lo que la hizo esencial para técnicas como la acuarela. El lapislázuli, obtenido de minas en Afganistán, era particularmente valioso por su tono azul profundo y su resistencia a la luz, siendo uno de los primeros pigmentos para tranparencias de origen mineral.

En Europa, la técnica de la acuarela se consolidó durante la Edad Media, cuando los pigmentos minerales eran comunes. Sin embargo, la gama de colores era limitada, ya que dependían de lo que la naturaleza podía proporcionar. Los artistas de la época, como Albrecht Dürer, experimentaron con técnicas más refinadas, combinando pigmentos para transparencias naturales como el ocre rojo o el cinabrio con aglutinantes de huevo o miel. A pesar de las limitaciones, los pigmentos minerales ofrecían una durabilidad sin igual, lo que permitía que las obras resistieran el paso del tiempo.

El siglo XIX trajo una revolución en la fabricación de pigmentos para transparencias con la invención de pigmentos sintéticos. El azul de Prusia, descubierto accidentalmente en 1704, y el amarillo de cadmio, desarrollado a principios del siglo XIX, ampliaron significativamente las opciones cromáticas para los acuarelistas. Estos nuevos pigmentos para transparencias no solo eran más asequibles que los minerales tradicionales, sino que también ofrecían una mayor intensidad de color y una mayor permanencia. A partir de este momento, los pintores como Turner y Sargent pudieron aprovechar una paleta mucho más rica, creando efectos de luz y sombra más profundos.

Pigmentos para transparencias
Aguada de la Escuela de Atenas, 1509-1511, Autor Rafael Sanzio

La química detrás de los pigmentos para transparencias

La química de los pigmentos para transparencias es fundamental para comprender su comportamiento sobre el papel. Los pigmentos inorgánicos, como los derivados de metales (cadmio, cobalto, zinc), tienen partículas más grandes que los orgánicos, lo que les da una mayor opacidad y resistencia a la luz. Esto los hace ideales para colores que deben ser duraderos y cubrir de manera uniforme sin necesidad de múltiples capas. El azul ultramar, por ejemplo, está compuesto por partículas grandes que permiten crear una superficie rica y texturizada, mientras que el rojo cadmio, más denso, tiende a ser opaco y vibrante.

Por otro lado, los pigmentos para transparencias orgánicos modernos, como las quinacridonas y las ftalocianinas, se caracterizan por su mayor transparencia y saturación. Estos pigmentos para transparencias, desarrollados a partir de compuestos de carbono en laboratorios, han reemplazado muchos de los pigmentos minerales tradicionales debido a su comportamiento superior en mezcla y su capacidad para retener brillo y luminosidad con menos material. La quinacridona, por ejemplo, es famosa por su intensidad en tonos rojos y magentas, y su estabilidad frente a la luz ultravioleta.

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9 Tonos de Quinacridona de Daniel Smith

El tamaño de las partículas también juega un papel importante en el efecto visual. Los pigmentos para transparencias de partículas grandes tienden a sedimentarse en las fibras del papel, creando efectos de textura que algunos acuarelistas buscan aprovechar, mientras que los de partículas más pequeñas, como los pigmentos orgánicos, tienden a distribuirse de manera uniforme, permitiendo capas suaves que dejan pasar la luz. Esto es crucial para artistas que buscan efectos unicos, al aprovechar la delicada relación entre el pigmento, el agua y el papel.

Pigmentos para transparencias
Thomas Moran - Mountain of the Holy Cross, 1890

Encuentra 10 famosos paisajes en acuarela y sus autores en esta entrada del blog.

Innovaciones recientes: sostenibilidad y tecnología en los pigmentos

En los últimos años, la investigación en la química de los pigmentos para transparencias ha permitido el desarrollo de formulaciones más ecológicas y seguras para el artista y el medio ambiente. Los pigmentos para transparencias tradicionales, como los basados en cadmio o plomo, presentan características únicas que son innigualables, pero también riesgos tanto para la salud como para el medio ambiente que pueden ser complicados de manejar. Sin embargo, los avances en pigmentos sintéticos han permitido crear alternativas más seguras con propiedades similares.

Uno de los avances más significativos ha sido el desarrollo de pigmentos para transparencias de ftalocianina, que ofrecen una gran resistencia a la luz y una saturación de color sin precedentes. Estos pigmentos, como el azul ftalo y el verde ftalo, han reemplazado en muchos casos a los pigmentos minerales más antiguos, gracias a su capacidad para producir colores más brillantes y duraderos. Además, estos pigmentos para transparencias son menos tóxicos, lo que los convierte en una opción popular entre los acuarelistas contemporáneos.

Otra innovación importante ha sido la creación de pigmentos para transparencias, que eliminan el uso de metales pesados y otros productos químicos peligrosos. Estas nuevas formulaciones han sido adoptadas por muchas marcas de acuarelas que buscan ofrecer opciones para los artistas, que intentan mantener la calidad del color. Pigmentos como el rojo quinacridona o el amarillo Hansa son ejemplos de pigmentos para transparencias orgánicos sintéticos que ofrecen una mayor pureza y transparencia, lo que permite a los artistas experimentar con técnicas de mezcla y capas más complejas.

Pigmentos en acción: maestros de la acuarela y sus paletas

En la acuarela, la elección del pigmento es fundamental, no solo por su color, sino por cómo se comporta sobre el papel y cómo interactúa con el agua. Grandes maestros de la técnica de la acuarela han utilizado pigmentos para transparencias específicos para lograr efectos únicos, con cada elección basada en las características químicas y físicas del pigmento. En esta sección, profundizaremos en cómo los artistas destacados utilizaron ciertos pigmentos, cómo estos pigmentos están clasificados en el Color Index y cómo han influido en la evolución de la acuarela.

J.M.W. Turner y el Azul Ultramar (PB29)

Joseph Mallord William Turner (1775–1851) es, sin duda, uno de los acuarelistas más importantes de la historia del arte. Conocido por su manejo magistral de la luz y el color, Turner usó el azul ultramar de manera extensa en sus paisajes y escenas marítimas. El Azul Ultramar (PB29) es un pigmento inorgánico derivado originalmente del lapislázuli, una piedra semipreciosa. Durante siglos, fue uno de los pigmentos para transparencias más caros y valorados en Europa, hasta que se creó una versión sintética en el siglo XIX.

El ultramar sintético, clasificado como PB29 en el Color Index, ofrece una intensidad de color profundo con una gran resistencia a la luz. Este pigmento tiene una granulometría variable que permite efectos de texturización sobre el papel, una característica que Turner aprovechó al máximo. El PB29 es altamente transparente, lo que permite la superposición de capas para crear efectos de profundidad y atmósfera. En obras como "Three Studies of Clouds and Rain over the Sea and Coast" (1826–40), Turner utilizó este pigmento para lograr efectos dramáticos en los cielos tormentosos y en el mar.

Además del uso de pigmentos para transparencias minerales, Turner experimentó con una técnica conocida como goma espesa, donde mezclaba su acuarela con otros aglutinantes para variar la consistencia del pigmento, permitiendo mayor control sobre la sedimentación en el papel. En sus paisajes atmosféricos, el ultramar le permitió crear una vasta sensación de profundidad, ya que este pigmento mineral tiene una alta dispersión de luz, lo que le otorga una saturación rica en zonas de sombra.

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Three Studies of Clouds and Rain over the Sea and Coast, c.1826 - 40, Joseph Mallord William Turner

John Singer Sargent y el Carmín de Alizarina (PR83)

John Singer Sargent (1856–1925), conocido por sus retratos y paisajes en acuarela, fue un maestro en el uso de pigmentos para transparencias. Uno de los pigmentos clave en su paleta era el Carmín de Alizarina (PR83), un pigmento sintético orgánico desarrollado en el siglo XIX para sustituir a los pigmentos naturales a base de cochinilla, que eran caros y menos estables.

El PR83, clasificado en el Color Index como un pigmento rojo, es conocido por su brillante transparencia, lo que lo hace ideal para técnicas de veladura y superposición. Aunque tiene una resistencia moderada a la luz, su uso en acuarelas ofrece una luminosidad y un color vibrante que ha sido ampliamente valorado en la pintura. Sargent utilizaba este pigmento para crear matices delicados en la piel humana y reflejos de luz en el agua, como se puede ver en obras como "Scuola di San Rocco" (1903). En sus retratos y estudios de paisajes, el Carmín de Alizarina permitía una riqueza de tonos imposibles de lograr con otros pigmentos para transparencias rojos disponibles en su época.

A pesar de la belleza del PR83, su desventaja principal es su baja resistencia a la luz. A medida que los avances en los pigmentos sintéticos avanzaban, los acuarelistas comenzaron a utilizar alternativas más resistentes como los pigmentos quinacridonas, aunque muchos, como Sargent, continuaron utilizando el Carmín de Alizarina por su impacto visual inmediato y su capacidad para producir transiciones suaves entre tonalidades.

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John Singer Sargent, Scuola di San Rocco, Venecia, 1903

Paul Klee y el Amarillo de Cadmio (PY35)

Paul Klee (1879–1940), reconocido por su enfoque abstracto y experimental, era conocido por su habilidad para combinar colores de manera audaz. Uno de los pigmentos para transparencias fundamentales en su paleta era el Amarillo de Cadmio (PY35), un pigmento inorgánico extremadamente opaco que ofrece una saturación de color intensa. El PY35 es uno de los pigmentos de cadmio más resistentes a la luz, lo que lo convierte en una opción ideal para artistas que buscan colores vibrantes y duraderos.

El Amarillo de Cadmio se desarrolló a principios del siglo XIX y pronto se convirtió en uno de los pigmentos para transparencias preferidos por los artistas debido a su opacidad y resistencia a la luz. En el trabajo de Klee, este pigmento se utilizaba para crear fuertes contrastes de color en obras abstractas como "Joven Palmera" (1929), donde el amarillo brillante se opone a los tonos más apagados, creando puntos focales dinámicos. Aunque el PY35 es un pigmento opaco, Klee lo utilizaba de manera controlada en capas delgadas, jugando con la opacidad para destacar áreas clave en sus composiciones.

El Color Index clasifica el PY35 como un pigmento amarillo de cadmio de alta calidad, conocido por su durabilidad. A pesar de los problemas ambientales asociados con el cadmio, este pigmento sigue siendo uno de los más utilizados en la acuarela, debido a su resistencia al desvanecimiento y su capacidad para mantenerse vibrante incluso después de años de exposición.

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Paul Klee, Junge Palme [Joven Palmera], 1929

Winslow Homer y el Verde de Óxido de Cromo (PG17)

Winslow Homer (1836–1910) es considerado uno de los más grandes acuarelistas estadounidenses, especialmente por sus representaciones de paisajes y escenas marinas. Homer tenía una paleta sencilla pero poderosa, y el Verde de Óxido de Cromo (PG17) jugaba un papel clave en su representación de la naturaleza. Este pigmento inorgánico es opaco y tiene una gran resistencia a la luz, lo que lo convierte en una elección excelente para representar los tonos terrosos y los verdes naturales que caracterizan sus paisajes.

El PG17, también conocido como verde de cromo, se utiliza desde el siglo XIX y se clasifica en el Color Index como un pigmento inorgánico de alta permanencia. En acuarelas como "Girl And Daisies" (1878), Homer utilizó este pigmento para representar las vastas extensiones de campo y vegetación. La opacidad del PG17 le permitía cubrir áreas amplias con un tono verde terroso uniforme, proporcionando una base sólida sobre la cual podía añadir detalles más luminosos con otros pigmentos para transparencias.

A diferencia de los verdes orgánicos, que tienden a ser más transparentes, el Verde de Óxido de Cromo es denso y opaco, lo que lo hace ideal para representar los elementos más pesados de un paisaje, como la vegetación densa o las sombras profundas en el follaje. Este pigmento sigue siendo popular hoy en día debido a su capacidad para mantener la saturación de color incluso en condiciones de luz intensa.

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Girl And Daisies 1878, Winslow Homer

El valor de los pigmentos para transparencias

El uso de pigmentos de alta calidad en las acuarelas no solo impacta la creación artística, sino que también afecta su valor en el mercado del arte. Los pigmentos para transparencias duraderos y resistentes a la luz son esenciales para mantener la intensidad y permanencia de las obras con el tiempo, lo que aumenta su atractivo para coleccionistas y galeristas. Esto es particularmente cierto en el caso de las acuarelas, donde la transparencia y la interacción entre el color y el papel son clave para su impacto visual.

Los pigmentos minerales, como el azul ultramar y el óxido de cromo, siguen siendo altamente valorados por su estabilidad a largo plazo. Los coleccionistas de arte buscan obras que puedan resistir el paso del tiempo sin desvanecerse ni cambiar de tonalidad. Los avances en los pigmentos sintéticos también han contribuido a este fenómeno, ya que muchos artistas contemporáneos utilizan colores como las quinacridonas o las ftalocianinas, que ofrecen una resistencia comparable a la de los pigmentos minerales, pero con una gama cromática más vibrante y ecológica.

En las subastas de arte contemporáneo, las acuarelas que emplean pigmentos para transparencias de alta gama han visto un aumento en su valor. Esto refleja la creciente demanda de materiales de calidad entre los artistas y el reconocimiento de que los pigmentos utilizados en una obra juegan un papel crucial en su conservación. Además, la sostenibilidad también se ha convertido en un factor importante en el valor del arte moderno. 

Conservación de acuarelas: técnicas esenciales para preservar la obra

Aunque la acuarela es una técnica conocida por su delicadeza y luminosidad, también es una de las más vulnerables a los daños causados por la exposición a la luz y la humedad. La conservación adecuada de las acuarelas es fundamental para mantener la intensidad de los pigmentos para acuarelas y garantizar la longevidad de la obra.

El mayor desafío en la conservación de acuarelas es la sensibilidad de los pigmentos para transparencias a la luz ultravioleta. Incluso los pigmentos más duraderos, como los derivados del cadmio o el cobalto, pueden desvanecerse con el tiempo si se exponen a la luz directa sin la protección adecuada. Por ello, es fundamental enmarcar las acuarelas con vidrio con protección UV y evitar su exposición a la luz solar directa. Además, el control de la humedad es esencial, ya que los cambios drásticos en las condiciones ambientales pueden afectar tanto a los pigmentos para acuarelas como al papel.

Los pigmentos minerales, como el azul ultramar y el óxido de cromo, son conocidos por su resistencia, pero los pigmentos orgánicos, aunque han mejorado en términos de durabilidad, siguen siendo más susceptibles a los daños ambientales. Los acuarelistas contemporáneos que trabajan con pigmentos orgánicos sintéticos, como las quinacridonas, deben ser conscientes de las condiciones en las que se exhiben y almacenan sus obras para garantizar que los colores permanezcan vibrantes a lo largo del tiempo.

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Nude, Georgia O’Keeffe Museum

Innovación y sostenibilidad: el futuro de los pigmentos para acuarelas

El futuro de los pigmentos para transparencias parece brillante, con continuos avances en la tecnología de pigmentos y un enfoque cada vez mayor en la sostenibilidad. Las investigaciones actuales se centran en desarrollar pigmentos que no solo ofrezcan una mayor gama cromática, sino que también sean más seguros para los artistas y el medio ambiente. Esto incluye la creación de pigmentos libres de metales pesados y otros compuestos tóxicos.

Las marcas de acuarelas están adoptando cada vez más prácticas ecológicas, eliminando productos químicos peligrosos y produciendo pigmentos que ofrecen una calidad similar o inferior que no necesariamente representa un avance, por lo que la investigación en este tema sigue siendo muy relevante. Pigmentos como los derivados de la quinacridona, que ofrecen una intensidad de color excepcional y una alta resistencia a la luz, están liderando esta tendencia, convirtiéndose en una opción popular entre los acuarelistas contemporáneos.

Nuevas fronteras para los acuarelistas

Con los avances en la tecnología de pigmentos para transparencias y el enfoque en la sostenibilidad, los acuarelistas de hoy en día tienen más herramientas que nunca para explorar su creatividad. La posibilidad de trabajar con una gama más amplia de colores, que son tanto más vibrantes como más duraderos, ha abierto nuevas fronteras para la técnica de la acuarela. 

Este enfoque renovado en los materiales no solo beneficia a los artistas, sino también al mercado del arte en general. Los coleccionistas y galerías valoran las obras que utilizan pigmentos de alta calidad. Este cambio en las expectativas del mercado ha hecho que las acuarelas creadas con materiales de alta calidad sean más valoradas y apreciadas, tanto por su calidad técnica como por su integridad artística.