La paleta barroca dramática y sus grandes exponentes
El arte barroco, uno de los movimientos más importantes en la historia del arte occidental, alcanzó el pináculo de su popularidad durante el siglo XVII en Europa.
De acuerdo con el afecto barroco por el drama, algunos de los artistas del siglo XVII eligieron tonos ricos y vibrantes para construir sus paletas. Los artistas más representativos de este estilo, mismos que exaltaron intensamente luces y sombras son Caravaggio de Italia, Rembrandt y Vermeer de los países bajos, entre otros.
Quizás lo más importante para la paleta barroca que el color, era el contraste entre luz y sombra. Los artistas barrocos pintaron famosas escenas teatralmente iluminadas de las cuales emergían de la sombra más oscura personajes audazmente resaltados. Sin embargo, estos tres artistas mencionados no solo enfatizaron luz y obscuridad, si no que a su vez fueron tremendos coloristas que siguen ganando seguidores en la actualidad.
Mediante este artículo, podrás conocer cómo estos artistas del período barroco lograron hacer tan maravillosas pinturas con muy pocos pigmentos en relación a los que hay hoy en día.
Colores en la paleta barroca
El papel del color en el arte barroco fue muy importante. Incluso los dibujantes a menudo incorporaban el color en sus dibujos, un arte tradicionalmente monocromático.
El rojo intenso, el verde y el azul son distintivos de la pintura de Caravaggio, Rembrandt y Vermeer. En cuanto a los tonos tierra, a menudo eran profundos y luminosos.
Los colores intensos los emplearon para evocar texturas y superficies como el oro, el terciopelo y la seda, aportándole a sus pinturas una calidad táctil.
Caravaggio y la paleta barroca
Uno de los pintores barrocos italianos más importantes fue Michelangelo Merisi da Caravaggio (1571-1610). La obra de Caravaggio era conocida por su claroscuro extremo y su tema a menudo violento, como Judith decapitando a Holofernes (1599).
La paleta barroca tenebrista
Caravaggio precisó la técnica del claroscuro, oscureciendo las sombras y transfigurando al sujeto en un haz de luz cegadora. Logró este efecto con una paleta limitada típica de los pintores del siglo XVII:
- Colores de óxido de hierro (tierra rojo, ocre naranja y amarillo ocre)
- Pigmentos minerales (bermellón, plomo-estaño amarillo, plomo blanco), negro de carbón orgánico y tierra verdigris.
En su paleta predominaron las tierras y los ocres, puesto que era lo más abundante durante la época.
La obra Martha y María Magdalena, (1598) Caravaggio la pintó al óleo. Sin embargo debemos recordar que durante la época el proceso de pintura al óleo no estaba separado del temple. El análisis de pigmentos de esta obra reveló la paleta barroca habitual del con pigmentos como el ocre amarillo y el ocre rojo, la azurita y la resina de cobre.
La paleta de Caravaggio, se hizo más oscura en sus últimas obras en Roma (Por ejemplo, Madonna di Loreto en Sant´Agostino, 1606).
Más tarde, se dedicó a un conjunto simple, casi monocromático de tonos oscuros y plateados, donde las figuras eran representadas casi siempre con ropa de color blanco. Ocasionalmente utilizó destellos de rojo o amarillo.
Rembrandt: la paleta barroca de la Edad de Oro holandesa
El artista barroco holandés más famoso fue Rembrandt van Rijn (1606-1669). En sus retratos, el sujeto a menudo está iluminado sobre un fondo oscuro.
Rembrandt generalmente pintaba los sujetos en acción; incluso cuando están sentados, parecen a punto de moverse o hablar.
La paleta de Rembrandt estaba conformada por aquellos pigmentos que eran asequibles en los países bajos en el siglo XVII. Algunos pigmentos son: ocres, sienas, tierras, óxidos, umbers (marrón), blanco de plomo, negro de humo y negro de hueso, principalmente.
Rembrandt empleaba una paleta de colores bastante limitada. Sin embargo, creó una cantidad infinita de efectos ópticos y combinación de matices de color en sus pinturas. Todo ello gracias al conocimiento que Rembrandt poseía de los materiales y técnicas de pintura.
En La Ronda de Noche (1642), utiliza todos sus medios técnicos para lograr una gran obra.
La Ronda de la Noche, fue creada con tonos cálidos a base pigmentos tierra, resaltados por los tonos ocres rojos o rojo óxido en la echarpe del capitán que fijan la visión del espectador en su persona. También destaca el blanco de plomo y ocres dorados (típicos del autor) haciendo ecos a sus lados.
En cuanto a los autorretratos, Rembrandt examinaba con mucha profundidad el rostro humano, añadiendo dramatismo y profundidad. Los pigmentos que aplicó en sus autorretratos fueron los siguientes: Naranja Ocre, Marrón Ocre, Negro hueso, Blanco de Plomo, Ocre Rojo, Amarillo Ocre, Bermellón y Laca Grana Cochinilla.
La Paleta Barroca en manos de Vermeer
En la paleta del pintor del siglo XVII Johannes Vermeer (1632-1675), los pigmentos principales empleados eran: blanco de plomo, amarillo ocre, bermellón, rojo grana cochinilla, tierra verde, sombra natural, negro marfil, negro carbón y azul de lapislázuli.
Es poco probable que Vermeer utilizara en una sesión de trabajo todos los pigmentos que tenía disponibles. Lo común era que los pintores usaran paletas específicas establecidas según el pasaje a pintar.
Vermeer tuvo acceso a más pigmentos que muchos de sus contemporaneos puesto que fue comerciante a la vez que pintor. Ello facilitó su acceso a muy alta calidad de materiales.
Entre las obras más significativas de Vermeer está La Lechera (1658). Esta pintura tiene una de las combinaciones de colores más brillantes de su obra.
Una de las distinciones de la paleta de Vermeer era su preferencia por el azul de ultramar (lapislázuli).
Otra conocida obra de Vermeer es La Joven de la Perla (1665). En la elaboración de este cuadro, encontrarás que en la paleta predominan los colores azules y amarillos.
También varía mucho su luminosidad, destacando el contraste claroscuro.
Los Pigmentos de Vermeer
Te compartimos a continuación los pigmentos que utilizó Vermeer en la obra La Joven de la Perla (1665):
El color rojo, que se encuentra en los labios, se trata del carmín, un colorante obtenido de las cochinillas.
Mediante una fluorescencia de rayos X, se encontró mercurio en grandes cantidades en los labios y en menor grado en la piel. La presencia de estos rojos en la pintura se debe a que Vermeer empleó Cinabrio (HgS) entre sus pigmentos rojos. El cinabrio no es altamente estable a la luz, por lo mismo puede que el color de los labios y la piel de la chica haya cambiado considerablemente con el paso del tiempo.
También se pudo observar un pigmento blanco: el blanco de plomo o albayalde. Este pigmento está localizado en varias partes de la pintura como la blusa, los ojos, la perla, y en algunas partes del rostro. Este es uno de los pigmentos responsables de los fabulosos juegos de luz en la obra.
Luego encontramos el negro. Análisis químicos revelaron la presencia de dos tipos de pigmentos: el negro carbón y el negro hueso. El primero es un tono más azulado y el otro un tono más marrón.
En la ropa de la joven se encontraron los pigmentos conocidos como tierras ocre amarillo, rojo ocre y siena.
También se realizó un análisis de los pigmentos que componen la prenda más llamativa: el turbante. Se trata del azul ultramar. Este pigmento era importado desde Afganistán e increíblemente costoso. En esta obra, Vermeer no sólo lo usa en el turbante, sino también en la chaqueta, mezclado con otros pigmentos.
La imprimatura de la obra
Se encontró que en la imprimatura el artista aplicó una capa de pintura negra y luego colocó encima una veladura de color verde formada por dos lacas de origen vegetal: índico (azul) y gualda (amarillo). Al degradarse, estas lacas dejaron un fondo más oscuro que el que pintó Vermeer por los efectos del tiempo y la exposición al medio ambiente. La laca azul al igual que la laca de cochinilla provenía del nuevo continente. Para prepararla se empleaba la planta indigo tintorea disuelta en laca.
La Paleta Barroca en manos de Peter Paul Rubens
No podemos terminar esta entrada de blog sin mencionar a Rubens. Este famoso artista también es conocido por el intenso colorido de sus obras. Asimismo, también hizo uso de una amplia variedad de pigmentos en sus obras.
La paleta de Rubens estaba compuesta principalmente de blanco de plomo, bermellón, verditer, esmalte variedad Eschel, verdigris (aunque raramente), rojo de plomo y plomo-estaño amarillo (un pigmento ampliamente utilizado en muchas de las mejores obras de arte antes de 1750).
Una de las pinturas de Peter Paul Rubens, Hipopótamo y Caza de cocodrilos de alrededor de 1615 es famosa por contener plomo-estaño amarillo.
Los minerales empleados en la paleta de Rubens fueron lapislázuli, azurita, malaquita, oropimente (rara vez) y cuarzo como aditivo. Las tierras eran de color amarillo ocre, marrón y rojo-marrón, hematita, ámbar; Marrón Kassel, tiza y tierra verde (rara vez). Los compuestos orgánicos fueron la laca amarilla de bayas de espino amarillo, la laca cochinilla, la laca de madder, la laca índigo tintórea, el negro carbón, el hueso negro y el negro lámpara.
La capacidad técnica de artistas como Rubens y Rembrandt para obtener un amplio espectro de colores a partir de una paleta limitada a través de mezclas de pigmentos es sorprendente. Por ejemplo, Rubens experimentó para obtener un color violeta o morado, un pigmento que no existía en su época. Esto lo logró haciendo un tono azulado al mezclar carbón de madera con blanco de plomo junto con una laca cochinilla y quizá laca índigo creando el color violeta o púrpura deseado.
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