Pentimenti en el arte: Secretos bajo la pintura
¿Sabes lo que son los pentimenti en el arte?
Seguro en más de una ocasión comenzaste a trabajar en una pintura, no te gustó la dirección en la que iba y luego decidiste hacer cambios en el mismo lienzo ¿Cierto?, ¿Qué tal si te decimos que a través de la invención de una simple máquina del tiempo, la gente podrá decir años más tarde cuál fue tu proceso de pensamiento mientras pintas ahora? ¿Y si supieras que este “invento” ya existe y ya ha dado lugar a fascinantes descubrimientos?
“Pentimento” se refiere a un arrepentimiento artístico, a los cambios compositivos realizados por un artista mientras pinta (“pentimenti” es el plural). Por la erosión gradual de la capa superior de pintura a lo largo de los años, estos pentimenti revelan los trabajos realizados anteriormente en el lienzo. A medida que envejece, la pintura vieja sobre lienzo se vuelve transparente.
Para los conservadores de arte y los historiadores, esta transparencia puede conducir al descubrimiento de viejas historias que se esconden detrás de la obra de arte, mostrando alteraciones, líneas originales y estructuras que el artista cambió durante el proceso de pintura, revelando la intención original con la que se inició la obra de arte, haciendo del pasado más claro a medida que avanza el tiempo.
Quizás visto así, los pentimenti en el arte puedan sonar como algo sacado de “Volver al futuro”, y es que conocer más sobre el pasado nos trae de vuelta al presente con una mentalidad distinta donde podemos forjar un futuro diferente. Acompáñanos para aprender más sobre este interesante tema.
Pentimenti en el arte: Arrepentimientos que dejan huella
De acuerdo con el glosario de la National Gallery de Londres, La palabra pentimento se deriva del italiano pentirsi, que significa arrepentirse o cambiar de opinión. Pentimento es un cambio realizado por el artista durante el proceso de pintura.
Estos cambios generalmente se ocultan debajo de una capa de pintura posterior. En algunos casos, se vuelven visibles porque la capa de pintura de arriba se vuelve transparente con el tiempo. Pentimenti (el plural) también se puede detectar usando reflectogramas infrarrojos y rayos X. Son interesantes porque muestran el desarrollo del diseño del artista y, a veces, son útiles para atribuir pinturas a artistas particulares. Aparte, su valor en los trabajos de restauración es evidente.
Ahora que sabemos que este es un fenómeno bastante común, cuando los conservadores descubren el pentimenti en el arte (concretamente, en la pintura) a través de escaneos infrarrojos y rayos X, esto permite una reexploración exhaustiva del pasado. Curiosamente, la cantidad de pentimenti en una pintura también puede ser parte de su proceso de autenticación porque las copias no suelen tener cambios ocultos. Por ejemplo, una obra de Manet, Le déjeuner sur l'herbe, considerada en un principio una copia, resultó ser una obra preparatoria original tras el análisis de sus pentimenti.
La página Art Fervour también (a la que agradecemos parte de la información aquí presente) nos pone como ejemplo los pentimenti en el arte de Jan Van Eyck:
Van Eyck es uno de los primeros pintores que se entregó a los dibujos subyacentes y pentimenti en sus pinturas. La radiografía de la famosa obra de arte del artista holandés, The Arnolfini Wedding, ha revelado cambios en la posición de una de las manos de la figura. Además de esto, se revelaron varias modificaciones en la zona de los pies y las piernas de Arnolfini. Después de una cuidadosa observación en la fotografía infrarroja de sus pinturas, los expertos también han encontrado pentimenti en varias obras como Madonna at the Fountain, Lucca Madonna y Portrait of Cardinal Niccolò Albergati, entre otras.
Los pentimenti en el arte capturan un marco de tiempo que conecta dos versiones de pinturas realizadas por un artista en el mismo lienzo. Casi presenta un proceso paso a paso del viaje de las pinturas, revelando errores inocentes y vergonzosos y correcciones para recordarnos que ninguna obra maestra se hizo en un solo intento. Uno puede interpretar las deliberaciones, dudas e inseguridades del artista mientras se enfrenta al dilema de decidir qué merece permanecer en la pintura.
Vistos desde la forma más inmediata de percibirlos, Los pentinmenti en el arte generalmente se interpretan como un mensaje de que los artistas "se arrepintieron" de las elecciones realizadas durante el proceso artístico y trataron de hacer cambios para obtener el resultado deseado, aunque esta emoción de “arrepentimiento” podría no haber estado presente en todas las obras de arte que tienen pentimenti. Sí que puede estarlo en algunas pinturas en particular, pero no es la única forma de percibir los pentimenti en el arte.
Pentimenti en el arte: parte viva de la obra
El artista contemporáneo Sanya Kantarovsky nos describe en un artículo de su autoría en la página Art in America como experimentó este fenómeno de la pintura artística y lo que ha visto surgir alrededor de estos “arrepentimientos”, desde la perspectiva de su propio abuelo, hasta como se maneja el concepto de pentimenti en el arte estadounidense.
“Vi pentimenti por primera vez cuando tenía unos ocho años, en uno de los muchos viajes que hice al Museo Pushkin de Moscú con mi abuelo. Mientras nos parábamos frente a Nasturtiums with the painting dance ("Danza con capuchinas") de Matisse, 1912, noté que varios de los bailarines de color rosado estaban ensombrecidos por una contraparte transparente barrida apresuradamente bajo el ruidoso fondo azul. "¿Cometió un error?" Yo pregunté. La respuesta de mi abuelo fue rápida y definitiva: “Matisse nunca se equivoca”.
“Mi lectura inicial de los bailarines no tan ocultos como errores coincidía con la etimología del término pictórico. Por otro lado, la respuesta de mi abuelo se basó en su convicción de que todo en la superficie de Nasturtiums estaba destinado a ser visto. Sin duda, Matisse encarnó un éxtasis modernista al revelar deliberadamente el hacer en lo hecho. No tenía nada que ocultar. La desnuda hechura de sus superficies, su factura, anuló las categorías estáticas de "correcto" e "incorrecto".
Sanya Kantarvosky se encontró frente a una interesante perspectiva ante los pentimenti en el arte. Cuenta, también, que hace unos años vió una exposición en el Museo Metropolitano de Nueva York, titulada “Matisse: En busca de la verdadera pintura”. Este espectáculo asombroso puso en primer plano las pinturas más densamente reajustadas del artista y se organizó bajo el título de una búsqueda, con la "pintura verdadera" como recompensa moralizadora.
“Tal vez esta propensión a hacer las cosas lineales, a reducirlas a absolutos, sea un rasgo americano”, dice. “Probablemente sea el inmigrante que hay en mí el que siempre se identifica más con la indagación que con la declaración. La “búsqueda de la felicidad” fue paralela, en el siglo del yo, a los sermones del expresionismo abstracto: promesas de trascendencia libres de pentimenti, pureza o lo sublime, brillando al final del túnel”.
Lo cierto es que quizás artistas como Willem de Kooning (sobre el cual tenemos la publicación de nuestro blog “Artista para artistas: Vida y obra de Willem de Kooning”) discreparían acerca de que sus obras estaban hechas para ejemplifiar una trascendencia libre de pentimienti en el arte, ya que este artista hacía precisamente lo que a Kantarovsky le parece tan maravilloso en Matisse: muchas veces volvía a pintar dejando deliberadamente alzado el velo de las capas superiores para dejar ver los adentros de su proceso creativo.
Pero no es algo que sólo los artistas del siglo XIX en adelante hayan visto con buenos ojos. Kantarovsky señala correctamente la perspectiva de artistas como Leonardo Da Vinci (checa las publicaciones que tenemos con respecto a su obra y proceso creativo), diciendo que el abrazo voluntario de los pentimenti en el arte tuvo un precedente en Leonardo da Vinci, quien con frecuencia dejaba tras de sí líneas y manchas aparentemente superfluas.
Él permitió que muchos de sus dibujos y pinturas permanecieran en un estado de flujo e imploró a sus compañeros pintores que hicieran lo mismo:
“compongan las partes de sus figuras arbitrariamente. . . atender primero a los movimientos representativos de las actitudes mentales. . . antes que a la hermosura y bondad de las partes de sus cuerpos.”
Algunos de sus dibujos se volvieron tan densos que comenzaron a parecerse a bolas de pelo. Balzac más tarde evocó este enfoque en su cuento "La obra maestra desconocida". En dicha historia Frenhofer, un maestro de la pintura, dedica diez años a la búsqueda de un retrato ideal y sus esfuerzos culminan en un mosaico de colores arremolinados con un pie como único elemento reconocible. Picasso, quien se identificó profundamente con Frenhofer, proclamó célebremente: “Un cuadro inacabado permanece vivo, peligroso. Una obra terminada es una obra muerta, la han matado”.
Pentimenti: A la vanguardia
“Los pentimenti marcan este apetito pictórico atávico por la revisión” afirma Kantarovsky. “Evidencian la pintura terminada en su ruina, como el ocultamiento comparado con la exhibición o, como dijo recientemente mi amiga y colega pintora Allison Katz, "la creencia y la duda comparten el mismo plano".
El artista también nos dice en su artículo “Encuentro una emoción en esta simultaneidad, pero también es una forma de lidiar. Cada vez que comienzo una pintura, me arriesgo, contando vagamente con una eventual alineación de error e intención que no puedo prever ni determinar. Cuanto más tiempo estoy en ello, más placer obtengo al permitir que los pentimenti se acumulen hasta que la pintura frente a mí se vuelve exótica y ambivalente.”
Está claro que Kantarovsky mira los pentimenti en el arte como una persona del siglo XXI a la cual es difícil ruborizar con arrepentimientos y procesos creativos imperfectos que resulten en obras que con dichos elementos adquieren cierta profundidad. Las vanguardias parecen haber permitido que este tipo de perspectiva fuese posible, aunque también tenían sus manifiestos y lineamientos que no siempre inspiraban un aire de libertad. Por ejemplo, si en algún punto llgabas a aceptar la invitación al grupo de artistas abstractos del siglo XX, lo más seguro era que hubieras tenido que dejar la figuración por completo.
Quizás te preguntes, entonces, si hubo algún proceso tangible o metódico durante el cual los pentimenti en el arte pictórico salieron de la tramoya y entraron a escena, y la respuesta está en algunos ejemplos que encontrarás bastante claros, por ejemplo, hablemos de Paul Cézanne.
Cézanne fue uno de los primeros artistas en abrazar la naturaleza dinámica del arte e incluir deliberadamente pentimenti en sus dibujos para realzar el espacio tridimensional así como la naturaleza expresiva de sus obras de arte. En un análisis de sus pinturas en la National Gallery de Londres, Elisabeth Reissner escribe: “El dibujo inicial no representa un contorno al que se compromete Cézanne, sino que es una primera propuesta para el borde de algo, que se ajustará repetidamente a medida que avanza el proceso de pintura. Su proceso no está limitado por las decisiones tomadas en las primeras etapas”.
Con pentimenti visibles en sus obras como Bañistas y Una anciana con un rosario, se pueden observar varias alteraciones realizadas en grandes áreas. Es peculiar del artista no ocultar por completo los cambios menores que realiza en sus obras, manteniendo vivo el fantasma de sus ideas anteriores. En muchos sentidos, sus pinturas también trataban sobre el trabajo y el proceso de pintar en sí mismo: ni siquiera raspaba la pintura no deseada, abrazando la (casi) permanencia del oficio.
Otro buen ejemplo de los pentimenti en el arte vanguardista lo podemos encontrar en la obra del fauvista por excelencia, Henri Matisse (si quieres saber más sobre él y la corriente del fauvismo, te recomiendo la publicación “Fauvismo: la bestialidad pictórica de 1905”)
La página oficial del Museo Guggenheim nos dice que Henri Matisse a menudo pintaba el mismo tema en versiones que van desde relativamente realistas hasta más abstractas o esquemáticas. A veces, la transición del realismo a la abstracción se podía representar en un solo lienzo, como es el caso de La mujer italiana, el primero de muchos retratos que Matisse pintó de una modelo italiana profesional llamada Laurette.
Los pentimenti intencionalmente visibles y la laboriosa convergencia de las líneas dan testimonio de su lucha perpetua “por alcanzar ese estado de condensación de sensaciones que constituye una imagen”. Matisse no estaba interesado en capturar impresiones momentáneas; se esforzó por crear una concepción duradera.
Desde el estado anterior del retrato, que representa a una mujer más pesada, Matisse recortó la imagen de Laurette, haciéndola menos corpórea y más etérea en el proceso.
La ambigüedad espacial de este retrato, la forma en que los brazos parecen planos mientras que el fondo sobrepasa un hombro, revela la relación de Matisse con Paul Cézanne a través de los experimentos más audaces del cubismo. En un retrato de su esposa de 1913, Matisse había jugado con las distinciones entre volumen y plano al incluir un pañuelo plano que se envuelve alrededor de su brazo. Este tratamiento anticipa el fondo en forma de mantón de La mujer italiana.
Como ya ha sido mencionado, Picasso también estaba abiertamente a favor de los pentimenti en el arte (y como has visto, sus pinturas cuentan la historia de muchos de estos). De hecho, el eco de sus palabras ha seguido resonando en la mente de Kantarovsky, quien nos dice en su publicación:
“Últimamente, con la máxima de Picasso resonando en mi cabeza, he adquirido el hábito de destruir pinturas en el último minuto, reorganizando las luchas de un mes en fragmentaciones que comienzan a sentirse primarias e inmediatas. Las diferentes partes se vuelven a ensamblar en un todo que parece convincente y disperso.
Tal vez el objeto nacido de un sinfín de contratiempos, astillas y falsos comienzos nos permita ensamblar momentáneamente algo a partir de la omnipresente sensación de trivialidad en lo cotidiano. En palabras del amigo de Picasso, el poeta Francis Ponge: “Miramos muy de cerca el guijarro para no ver el resto”.
En definitiva, los pentimenti en el arte no son algo que todo artista quiera ocultar deliberadamente. Es probable que dependa del contexto de tu obra la decisión de darles lugar en el resultado final (está claro que si quieres pintar algo al más puro estilo renacentista tradicional estaría de más), pero la próxima vez que dejes pentimenti en tus obras, quizás los puedas ver como una historia entre líneas, como un mensaje en código que solo tu puedes vislumbrar o que, si la fama toca a tu puerta, los rayos-X de los investigadores lleguen a develar.