¿Cómo Elegir un Bastidor?
Muchas veces nos desilusionamos por el resultado final de nuestras pinturas y le echamos la culpa a nuestra falta de practica, talento o a quién sabe qué. La práctica –en efecto– es importante, pero muchas veces las fallas de nuestra obra no tienen que ver con ella, sino con problemas técnicos. Simplemente no conocemos lo suficiente nuestros materiales. Por suerte estos problemas podemos solucionarlos con un poco de reflexión y estudio.
Cuando hablo sobre materiales no sólo me refiero a las pinturas o medios que usamos para pintar, hay que poner atención en los materiales desde el bastidor y la tela sobre la que vamos a pintar. Elegir un bastidor no es tan simple como ir a una tienda y comprar un bastidor prehecho, en especial si se tiene una idea clara del resultado que se busca. Hay varios factores que intervienen en la apariencia final de nuestros cuadros, que de no ser considerados desde el principio, podrían ocasionar que nuestras obras no sean lo que quisiéramos.
Los factores a considerar son:
- ¿Con qué técnica vamos a trabajar?
- ¿Qué tipo de textura deseamos que tenga la pintura?
- ¿Cuánto peso va a cargar el bastidor?
- El tamaño del bastidor en relación a los demás factores.
¿Con qué técnica se va a trabajar?
La técnica con que se va a trabajar es el elemento a considerar más importante a la hora de elegir un bastidor. Lo principal es saber si la técnica es flexible o rigida. Con esto en mente podemos determinar si el lienzo que debemos utilizar debe ser flexible –como un bastidor de tela– o rígido – como un bastidor con tabla. A partir de la técnica que utilicemos también sabremos si es conveniente usar imprimatura y de qué tipo, pero de eso hablaremos en otro texto.
Las Técnicas flexibles son:
- Óleo
- Acrílico
- Temples aceitosos
- Acuarela
Las Técnicas rígidas son:
- Encausto
- Caseina
- Temple
- Gouache
Bastidor para técnicas flexibles.
Las técnicas flexibles pueden ser trabajadas sobre bastidores blandos o rígidos por igual, sin embargo hay algunas ventajas que los bastidores flexibles ofrecen en cuanto a practicidad de transportación que conviene aprovechar. De hecho –como breviario cultural– la técnica al óleo fue ampliamente adoptada por pintores europeos durante el siglo XVI, porque se dieron cuenta que los cuadros pintados sobre tela en esa técnica podían tener mucho mayor tamaño que los de temple sin craquelarse. Esa flexibilidad les daba también el beneficio de poder ser enrollados al secarse y transportados fácilmente.
Bastidor para técnicas rígidas.
Los bastidores especiales para técnicas rígidas necesitan forzosamente una tabla detrás, esto se debe a que la vibración de la tela sin tabla hará que la pintura se craquele y caiga del lienzo rápidamente por la poca flexibilidad misma del material.
Estos bastidores se hacen en la actualidad con triplay de madera, pero puede pintarse sobre muchos tipos de madera no solo de triplay. Lo importante al escoger el triplay –o cualquier otra madera– es considerar que el tipo de madera que utilicemos sea caobilla, encino o alguna madera que sea resistente a la humedad, proveniente de árboles de zonas húmedas, ya que de lo contrario, si humedecemos demasiado nuestro lienzo al trabajar, la chapa de madera se desprenderá y difícilmente podremos arreglarlo. Este tipo de error ocurre con mucha facilidad en la madera de pino, por poner un ejemplo. El MDF u otros conglomerados tampoco son recomendables debido a su sensibilidad a la humedad y por los pegamentos que se utilizan para producirlos.
¿Qué tipo de textura deseamos que tenga nuestra pintura?
Una vez que escogimos la técnica con que vamos a trabajar debemos considerar cómo nos gustaría que quedara la textura y el acabado de la pintura. ¿Queremos utilizar gruesos impastos como lo haría Van Gogh? ¿Queremos que la pintura sea perfectamente lisa sin ningún tipo de textura como lo haría Murakami? o ¿Queremos realizar pintura matérica y usar kilos de materiales como lo haría Tàpies? Escocer la tela es simple, a más cantidad de pintura utilicemos, más gruesa y con más grano deberá de ser la tela. Esto es para que la tela tenga la capacidad de cargar el peso de los materiales sin rajarse y por otro lado, para que la pintura pueda agarrarse al grano de la tela y tener mejor anclaje. En caso de que deseemos hacer pinturas perfectamente lisas lo que necesitamos es una tela de buen grosor pero muy cerrada y con poco grano, de esta forma nos ahorraremos tiempo al imprimar el lienzo y conseguiremos una superficie perfectamente lisa.
Como dato curioso el artista japonés Takashi Murakami hace que sus ayudantes apliquen hasta 16 manos de gesso a sus lienzos para que en ellos no se vea ni rastro de textura y poder realizar las pinturas que él llama "superflat".
¿Qué pasa si no deseo usar tela?
En caso de los bastidores rígidos hay circunstancias en las que pueden ser usados sin tela e incluso sin imprimatura, sin embargo, no a todas las técnicas les conviene. Las técnicas que pueden ser trabajadas directamente sobre la tabla sin preparación y sin presentar mayores contraindicaciones son encausto y acrílico.
¿Cuánto peso va a cargar el bastidor y que tamaño va a tener?
Aparte de pensar en la textura de nuestro lienzo al elegir la tela, y estructura para nuestro bastidor, se debe considerar la cantidad de peso que la tela y el bastidor van a cargar, especialmente si trabajamos pintura matérica. Si hacemos cuadros con una gran cantidad de pintura y materiales, o cuadros muy grandes, las telas y el bastidor tendrán que soportar mucho peso y tensión, por ello nuestra tela deberá ser lo suficientemente gruesa, y nuestro bastidor suficientemente robusto para cumplir óptimamente su tarea. A mayor peso cargue nuestra pintura, una tela de mayor grosor y grano deberá tener. A más delicado el terminado de un cuadro más cerrada debe ser nuestra tela y con menor textura. Lo mismo aplica para bastidores sin tela: a más grande, mayor robustez deberá tener el bastidor.