La primera de ellas implica las técnicas y métodos de representación. En esta área encontramos todo lo relacionado con la perspectiva, altura visual, proporción, geometría, volumen, claroscuro, anatomía, composición, entre otros. Podríamos decir de ellas que su propósito es entrenar al ojo y al mismo tiempo generar mayor asertividad en nuestros movimientos sobre el papel.
La otra parte del problema tiene que ver con el manejo de las técnicas y sus cualidades. En esta área encontramos aquello más específico de los materiales: trabajar húmedo sobre húmedo, húmedo sobre seco, seco sobre húmedo, dry brush, yuxtaposición, positivo negativo, degradados, achurados, manchados, desvanecidos, etc.
Estos aspectos no dependen tanto de nuestra coordinación entre ojo y mano como tal, sino de nuestro conocimiento del material y las diferencias expresivas de cada uno. Cada técnica requiere ser trabajada de manera muy diferente. Es por esto mismo que lo importante no solo es "saber dibujar", sino como aplicas tus conocimientos de dibujo a cada material ¿A qué me refiero con esto? A que trabajar con acuarela implica empezar tu dibujo de manera diferente a como lo trabajarías con grafito. Trabajar con pastel es, nuevamente, diferente y así sucesivamente.
En conclusión, las especificidades de cada técnica de representación y de cada material son un emocionante abanico de conocimientos que nos abren las puertas hacia una creación artística libre y más satisfactoria respecto a los resultados que esperamos lograr. Es por esto que los grandes maestros del pasado se deleitaron al conocerlas e hicieron tanto énfasis en su uso, resguardo y transmisión. Este curso ha sido diseñado con esto en mente, con la intensión de ayudarte a llevar tu obra al siguiente nivel.